Conversations in Spanish & Other Languages
Ep 152: Los días de Raúl en California, una conversación con un enfoque en el pasado
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Alba: Hola a todos y bienvenidos a nuestro podcast de Conversaciones en español y otras lenguas, yo soy Alba Sánchez de España y es un placer compartir con ustedes esta conversación y ayudarles a aprender español con nuestras conversaciones. Si quieren conocer más en los apuntes del episodio, en las notas del episodio, podrán encontrar en vinculo, el link hacia mi canal de YouTube el español de Alba y hacía mis enlaces en las páginas de Italki y verbling.
En esta conversación vamos a estar charlando con nuestro queridísimo Raúl de México y ya que Raúl tuvo la oportunidad de vivir en un país diferente al suyo, vamos a hablar sobre sus experiencias en dicho país, en este caso en Estados Unidos. En la descripción de este episodio pueden encontrar las preguntas y el contenido adicional de esta conversación. Bienvenido de nuevo Raúl, ¿cómo estás?
Raúl: Muy bien gracias Alba, ¿tú cómo estás?
Alba: Muy bien también, con mucho gusto de verte la verdad.
Raúl: Sí, sí, yo también encantado.
Alba: Muy bien, muy bien. Bueno Raúl pues hoy vamos a estar hablando sobre tus etapas porque antes de empezar la conversación me has dicho que has estado en California viviendo, pero durante diferentes periodos de tu vida.
Raúl: Es correcto, es correcto. La primera vez que fui a vivir a California yo tenía sies años. Estuve en un periodo de tres años por allá y regresé a México a la edad de 9 años, me vuelvo a mudar a California cuando tenía 12 años, estuve un año, regreso a México a los 13 años, termino toda mi educación básica y después decido irme a estudiar a California a los 19 años. Estuve allá 4 años y medio casi 5.
Alba: Okay, vale y habrá una futura etapa en California.
Raúl: De momento no hay planes, lo veo difícil en este momento, pero pues nunca se sabe.
Alba: Okay, vale, o sea, que nunca has tenido tampoco las ganas de decir bueno, pues quizá en un futuro sí que me gustaría volver.
Raúl: En mí sí porque es curioso. Si me preguntas de donde soy, yo creo que mí respuesta inmediata sería soy de México, pero dada la corta edad a la que viví en California, pues también me considero de allá en cierta medida.
Alba: Claro, entonces en las primeras etapas que tú estuviste a los 9 y después a los 12 fueron con tus padres.
Raúl: Correcto, es correcto sí. Si, de hecho, es curioso porque a los 9 años de edad yo hablaba más inglés que español, sí.
Alba: Claro si te fuiste a los 6, te fuiste a los 6, volviste a los 9, claro es que a los 6 es cuando empiezas a aprender y empiezas a comunicarte un poquito más de forma oficial.
Raúl: Así es y sales a jugar con otros niños.
Alba: Claro.
Raúl: Pues, es inevitable.
Alba: Oye, pues mira imagino que te ha servido para un futuro también, de hecho, tú eres traductor.
Raúl: Soy intérprete traductor, sí. Es correcto, sí, sí definitivamente logré capitalizar esa experiencia.
Alba: Siempre está bien eso.
Raúl: Sí, sí, sí.
Alba: Sacar dinero de donde sea, muy bien.
Raúl: Es correcto.
Alba: Bueno Raúl, pues vamos a empezar con las preguntas. Bueno, más o menos la primera la has respondido, pero me gustaría saber también a qué te dedicabas la última etapa. Cuando vivías en California, ¿a qué te dedicabas?, es decir, ¿cómo era tu vida en California? ¿Siempre has sido estudiante o has trabajado también?
Raúl: No, también trabajaba y, de hecho, tenía 2 no, fueron 3 trabajos los que tuve y estudiaba a tiempo completo.
Alba: Pero, ¿tres trabajos al mismo tiempo?
Raúl: Sí, sí, fines de semana trabajaba en un restaurante como mesero.
Alba: Sí.
Raúl: Y entre semana, en el mismo plantel donde estudiaba, era tutor de español y de matemáticas básicas. Sí, sí, sí, no sé cómo lo hacía, ya no tengo esa energía.
Alba: Y luego estudiabas, ¿no?, esto a la edad de 6 años, ¿no?, la primera etapa.
Raúl: No, no, ya estaba grandecito, pero pues tenía 19 años.
Alba: 19, claro.
Raúl: Sí no, cuando tenía 6 años, pues fui a vivir con mis papás, iba a la escuela. Normal como cualquier niño, ¿sabes?
Alba: Claro, en la última etapa que estuviste como estudiante también, ¿qué estudiaste en la universidad?
Raúl: Sí, llegué a un Community College que es un paso antes de la universidad y originalmente yo me fui a estudiar música.
Alba: ¡Anda!
Raúl: Sí, ese era el plan. Yo tenía el sueño de conquistar el mundo con mi guitarra sabes y así lo hice, o sea, estudié un par de años. Después mi vida cambió, creo que esto nunca se lo he dicho, pero Joel tuvo mucho que ver con esto.
Alba: Ah, ¿sí?
Raúl: Porque cuando yo estaba trabajando como tutor de español, recuerdo que se me dificultaba dar clases, o sea, sabía la gramática y demás, pero me costaba trabajo y resulta que Joel trabaja ahí mismo, ahí fue que lo conocí.
Alba: Ah, vale.
Raúl: Un día me acerqué a hablar con él y da la casualidad de que él también era del Estado de México y esto era o fue una sorpresa agradable ya que sí hay muchos mexicanos en California, pero son muy pocos los que encuentro tanto del Estado de México como de la Ciudad de México. Siempre son otros estados, por lo cual él y yo nos entendimos muy bien.
Alba: Claro.
Raúl: Y bueno, tú lo conoces, él es un apasionado de la lengua y me ayudó muchísimo, muchísimo, muchísimo y en algún momento él tomó un curso de francés en esta escuela me lo recomendó y dije porque no, vamos a probarlo y también cambió mi vida este curso. Cuando menos me di cuenta, estaba pasando más horas en el laboratorio de idiomas practicando francés que tocando guitarra y fue cuando dije, “creo que por aquí es por donde quiero ir, quiero hacer algo que tenga que ver con idiomas”.
Alba: Sí.
Raúl: Y decidí cambiarme de carrera.
Alba: Ah, fíjate vale, o sea, que estabas estudiando música oficialmente en alguna escuela o en alguna academia musical o en un conservatorio.
Raúl: No era conservatorio, era un Community College, lo que me encantó de este sistema en Estados Unidos es que aquí en México en las universidades públicas a lo mejor sí hay una gran selección de carreras que estudiar, pero algo particular como la música sí tienes que ir a un conservatorio, a una de bellas artes o lo que sea y allá no, esto era una escuela digamos general por así decirlo y ofrecía esta carrera junto con otras; había gastronomía obviamente había las carreras como administración.
Alba: O sea, que era muy variado.
Raúl: Era muy variado, así es.
Alba: Claro, como tú dices generalmente en este tipo de escuelas o para estudiar música, gastronomía como tú dices o ser chef sí que tienes que ir a academias o escuelas específicas de estas asignatura, pero allí encontrabas cursos de todo tipo.
Raúl: Sí, sí y de verdad esta escuela Santa Rosa Junior College me abrió los ojos porque y me parece maravillosos porque tú sabes que de muy joven a veces piensas a que te quieres dedicar y realmente no lo sabes.
Alba: Sí, claro. Es muy difícil.
Raúl: Y aquí tenías un amplio abanico de donde escoger y te daba la oportunidad de probar un poquito de esto de aquello para que tú también pudieras ir encontrando tu vocación.
Alba: Claro, sí, sí, es verdad que yo cuando tengo alumnos y estudiantes de Estados Unidos me cuentan su experiencia como estudiantes de universidad o de college y tal y es que es tan diferente a la mía porque aquí en España, por ejemplo, cuando tú tienes 16-18 ya tienes que saber a qué te quieres dedicar porque entras a una carrera y esa carrera son 4 años de una misma asignatura, de un mismo tema y si no te gusta, lo siento mucho tienes que volver a empezar en otra y son otros 4 años, ¿no?
Raúl: Sí, más tiempo, más dinero.
Alba: Sí, sí, sí, claro.
Raúl: Y aquí no, la verdad es que sí, o sea, me cambió la vida esta última etapa.
Alba: Qué bien, qué bien, qué bien, pues nada desde aquí damos gracias al college y a Joel siempre.
Raúl: Sí, definitivamente muchas gracias Joel, nunca te lo había dicho carnal, pero gracias.
Alba: Pues nada así que esto abre corazones también, muy bien, muy bien. Pues Raúl cuando tú vivías ahí en California sobre todo en la última etapa, ¿tenías una vida muy ocupada o tenías una vida más relajada de la que tienes ahora?
Raúl: Era muy ocupada porque te digo estudiaba y trabajaba. Te digo tenía 3 empleos. (Alba: Claro) no sé, yo creo que trabajaba alrededor de 36 o 40 horas a la semana.
Alba: ¡Madre mía!, pero, ¿cómo podías estudiar al mismo tiempo?
Raúl: No tengo idea, no sé cómo lo logré.
Alba: ¡Si es una jornada completa de trabajo!
Raúl: Es correcto, pero era muy variada, o sea, no eran horas consecutivas de trabajo. Me encantaba justo cuando trabajaba en este tutorial center con Joel, tú podías elegir las horas en las que estabas disponible.
Alba: Claro, vale.
Raúl: Y te daba la oportunidad de, por ejemplo, trabajar entre clases o terminando si tenía espacios en los cuales no tenía alumnos, pues aprovechaba para hacer tareas.
Alba: O sea, que estabas, las horas que estabas despierto, estabas haciendo actividades continuamente.
Raúl: Sí, sí es correcto, creo que mi jornada, yo recuerdo que me despertaba creo que a las 6 de la mañana (Alba: ¡Madre mía!), salía a las 7 para llegar a la escuela, desayunaba, empezaba a adelantar tarea. Creo que mi primera clase comenzaba a las 8 de la mañana y así me la llevaba una clase, hacer tarea o ir a dar clase yo mismo (Alba: Sí); luego otra clase, más, más tarea y salía de la escuela alrededor de las 7-8 de la noche y ya regresaba a casa.
Alba: O sea, que son 12 horas.
Raúl: Sí, sí fácil, pero recuerdo que no se me hacía nada pesado, me agradaba mucho, me sentía muy productivo.
Alba: Fíjate, efectivamente eso es lo que iba a decir, es que muchas veces cuando estás en una etapa tan activa y tan productiva se te pasa el tiempo volando y rápido y feliz, ¿no?, pero luego, cuando miras atrás dices, pero, ¿cómo era posible? Si tuviera que hacerlo ahora madre mía, que difícil, pero me da la sensación que cuantas más cosas haces, más tiempo tienes para no perder, o sea, es como que encajas todo lo que tienes que hacer en el tiempo y cuando no tienes que hacer tareas dices uf he pasado 1 hora viendo YouTube, por ejemplo.
Raúl: Correcto.
Alba: Y dices perdí una hora, pues cuando tienes tantas tareas es como que es un puzzle y tú vas encajando las piezas, ¿no?
Raúl: Sí, justo, acá lo llamamos rompecabezas y sí vas acomodando las piezas como sí, cómo jugar tetris.
Alba: Efectivamente.
Raúl: Va bajando la pieza y vas acomodándola.
Alba: Eso es en el tiempo.
Raúl: Pero aparte era muy emocionante en ese entonces porque estaba aprendiendo mucho, no era nada aburrido, no era estresante, todo era maravilloso.
Alba: Claro, era nuevo, era… sí lo entiendo perfectamente, claro, muy bien ¿Y en qué parte de California vivías Raúl? ¿Vivías en ciudad o vivías un poquito más a las afueras tipo rural o campo?
Raúl: Sí, no diría rural, pero sí era un pueblo como tal. Se llama Sonoma California; está más o menos a una hora al norte de San Francisco.
Alba: Vale.
Raúl: Entonces, no estaba tan lejos de la ciudad, pero no era una ciudad propiamente. Era un pueblo un tanto pequeño agradable, recuerdo que para mí en ese entonces era aburrido porque, pues yo en ese entonces te digo tenía 19-20 años y yo quería estar en la fiesta y Sonoma es un lugar bastante tranquilo, yo creo que lo disfrutaría más a esta edad que en ese entonces.
Alba: Sí, sí, sí, entonces, ¿tenías alguna ciudad un poquito más grande además de California, de San Francisco cerca?
Raúl: Creo que era la más cercana. Sí, era la más cercana. Si te ibas un poquito más lejos al interior del estado a lo mejor encontrabas la ciudad de Sacramento, pero era más lejos todavía.
Alba: Claro, vale, sí, sí, o sea, que la más cercana era a una hora.
Raúl: Correcto y bueno, junto a San Francisco está Oakland que (Alba: Sí) sí es básicamente lo mismo.
Alba: Muy bien, muy bien, ¿y cuando estabas estudiando vivías con familia o vivías con compañeros de cuarto, vivías solo?
Raúl: Vivía con mi hermana, mi hermana, de hecho, vive allá, ella es casada tiene un par de hijos y, pues me quedaba con ella, obviamente, pues sí le pagaba renta y la ayudaba con…
Alba: Bien, bien.
Raúl: Ciertos gastos, no tanto como debiera haberlo hecho, pero bueno se hacía lo que se podía.
Alba: Claro, entonces siempre has vivido con familia allí, nunca has vivido con un extraño o con un desconocido.
Raúl: No, estuve a punto de hacerlo con un amigo. Nick se llama él. Estuvimos en plática de rentar un apartamento juntos y sí lo íbamos a hacer el problema es que justo cuando íbamos a por fin a animarnos, yo tuve problemas económicos lo cual no me permitió.
Alba: Ah vale, claro.
Raúl: Tomar ese paso, pero hubiera estado interesante porque el plan original es que íbamos a vivir él, Nick, él es estadounidense, (Alba: Sí) y además iba a llegar otro amigo de él, Takashi, quien era japonés.
Alba: ¡Anda!
Raúl: Hubiera sido una experiencia muy interesante.
Alba: Desde luego multicultural.
Raúl: Así es.
Alba: Claro, sí, sí, muy bien y en estas casas en las que vivías, ¿eran casas independientes, eran pisos, departamentos?
Raúl: Un par de años vivimos, no, 3 años vivimos en departamento. Posterior mi hermana compró una casa y ya después el último año estuve allí con ellos.
Alba: Muy bien, muy bien. Bueno antes hemos hablado también un poco del sistema educativo y las diferencias entre el de México y el de Estados Unidos, ¿a ti cuál te gusta más? ¿Cuál ha sido tu favorito en tu experiencia?
Raúl: ¡Híjole!, pensando meramente en lo académico creo que el de Estados Unidos definitivamente. Por darte una idea, cuando yo estuve allá de niño que tenía 6 años, no usábamos uniforme para ir a la escuela, no te exigían un corte de cabello en particular, recuerdo que para mí fue impresionante ver niños con cabello largo, varones, ¿no?, cosa que aquí en México es inadmisible sobre todo en las escuelas públicas. Entonces, estoy allá recuerdo que era una escuela grande, muy liberal había juegos, había campo dentro del plantel.
Alba: Ah, vale.
Raúl: Regreso a México a los 9 años y me encuentro con que es una escuela más pequeña, hay que usar uniforme, te exigen un corte de pelo, un sistema un tanto más opresor.
Alba: Sí, sí, sí, fíjate. Para ti era difícil, por ejemplo, cuando tenías esas edades 6, 9, 12, 13, era difícil el cambio entre México y California, en los colegios para ti era duro el cambio.
Raúl: Sí, muy duro, muy, muy duro, muy duro. Sobre todo por eso, por los sistemas que te digo que aquí en México son más sí opresores es cómo los definiría donde, por ejemplo, si no estás de acuerdo con algo, no lo puedes manifestar porque te llaman la atención.
Alba: ¡Wow! Es que es muy estricto.
Raúl: Sí, demasiado, demasiado, obviamente también estaba el tema del idioma porque si bien cuando yo viví en California con mis papás hablaba español en la casa, no lo hablaba muy bien. Cuando regrese a México por primera a la edad de 9 años, yo hablaba más inglés que en español y, pues ya sabes como son los niños, ¿no? Se burlaban de cómo hablaba, que si decía unas cosas de manera graciosa, no sé, les daba risa si en vez de decir okay yo decía okay, ¿sabes?
Alba: Ya entiendo, ay es que es cambio grande, claro, claro y luego, imagino también que el sistema educativo es decir, por ejemplo, la forma de dar clase o los exámenes como están planteados los exámenes, también era muy diferente para ti era un cambio grande.
Raúl: Sí, sí, de hecho, recuerdo sobre todo a nivel primaria y recuerdo que en Estados Unidos los exámenes no nos los hacían o no nos lo presentaban como tal. No nos sentíamos como si estuviéramos bajo la lupa por decirlo de alguna manera, sabes.
Alba: Sí, al matadero totalmente.
Raúl: Exacto no. Todo era muy orgánico, la evaluación era muy sobre la marcha y cuando llegó a México no, hay examen, tienes que estudiar, te tienes que preparar y tienes que memorizar.
Alba: Claro.
Raúl: Para mí eso no es aprendizaje, solamente memorizas algo, se te queda aquí un ratito y después se te olvida.
Alba: Totalmente de acuerdo, sí. Después llegaste a estudiar o has hecho algo en nivel superior en México para comprar también los niveles superiores.
Raúl: Sí, es correcto estuve en el Community College primero en Estados Unidos y la idea era continuar en la universidad. Lamentablemente esto no se pudo, regresó a México y aquí ya encuentro una escuela para estudiar la carrera de interprete traductor.
Alba: Ah, vale. La hiciste en México después.
Raúl: Es correcto sí.
Alba: Y en los niveles superiores también encontraste diferencias.
Raúl: Sí, lamentablemente sí me pareció un tanto bajo el nivel aquí, o sea, la verdad recuerdo que se me hizo muy fácil ya la escuela aquí en México.
Alba: Vale.
Raúl: Si me pedían escribir un ensayo, sin esmerarme mucho, lograba una calificación de 10.
Alba: ¡Wow!, o sea, claro era menos exigente que en Estados Unidos.
Raúl: Sí, la verdad es que sí.
Alba: Bien, bien. Bueno, ¿conducías en California? Porque me has dicho que estabas un poquito retirado de las ciudades y cuando querías salir, por ejemplo, los fines de semana, ¿qué medios de transporte usabas?
Raúl: Al principio usaba autobús, pero fue muy poco, yo creo que fue cosa de 2-3 meses y ya, posteriormente compré un automóvil. Es muy fácil hacerte de un coche allá.
Alba: ¿Sí?
Raúl: Sí, la verdad es que sí, encuentras… son mucho más baratos y hay varias opciones.
Alba: Sí.
Raúl: Nunca tuve así que digas un carrazo no, impresionante, pero tenía algo que, pues lograba llevarme y traerme, ¿no?
Alba: Suficiente, suficiente totalmente, vale. Bueno, el transporte público dirías que porque claro yo todavía tengo en la memoria tus historias del transporte público en México, dirías que, para quienes no la hayan escuchado por favor vayan directamente a la conversación de transporte público en México y se echan unas risas, pero tú dirías que hay mucha diferencia entre transporte público en Estados Unidos y México?
Raúl: Sí, sí, sí, mucha. Obviamente, no hay un sistema perfecto, el de Estados Unidos era mucho más organizado esto sí. Los autobuses tenían un horario específico, tú sabías a qué hora iba a pasar tu autobús no era como aquí, aquí en México tú sales y tienes que esperar a ver a qué hora se le ocurre pasar, ¿no? Y allá no, sí había un horario específico.
Alba: ¿Y había una parada también de este?
Raúl: Sí, sí, sí.
Alba: Tranquiliza, bien.
Raúl: Sí, muy tranquilo, bastante limpio, seguro. El problema que yo tenía con usar el autobús allá era que los horarios eran muy limitados.
Alba: Okay.
Raúl: Por ejemplo, el autobús que yo tenía que tomar para ir a la escuela pasaba cada hora u hora y media. Entonces si tú te perdías tu horario, ni modo.
Alba: Que va, no llegabas.
Raúl: Correcto y recuerdo que por la noche el último autobús que salía era alrededor de las 8 de la noche, después de esa hora no había manera de regresar a casa.
Alba: ¡Wow! Claro y además tú me has dicho que terminabas más o menos 7 u 8 por la noche, o sea, que en extremo a coger el autobús.
Raúl: Así es, así es.
Alba: Claro, entiendo la necesidad también de comprar un coche propio entonces porque si los autobuses son limitados ,aunque sean eficiente y salgan a su hora, etc., pero si hay una limitación de horario, pues sobre todo fines de semana y todo eso que a lo mejor quieres volver más tarde y es imposible.
Raúl: Sí, exacto y tomar un taxi allá es carísimo.
Alba: Claro, claro, sí, sí. Bien, ¿y qué hacías los fines de semana ya que me has dicho que era muy tranquilo el pueblo, cuéntame?.
Raúl: Pues mira trabajaba.
Alba: Para variar durante la semana.
Raúl: Para variar sí, o sea, de hecho, en el restaurante comenzaba los viernes por la noche, trabaja el turno de la cena y sábados y domingos trabaja el turno de desayunos, sábado y domingo entraba entre las 7-8 de la mañana y salía entre la 1 y las 3 de la tarde.
Alba: O sea, toda la mañana.
Raúl: Sí, toda la mañana y pues no sé cómo rayos yo tenía la energía, pero en la noche me iba de fiesta.
Alba: En la noche del sábado, claro.
Raúl: Noche del viernes o noche del sábado, o a veces las dos.
Alba: ¡Madre mía! ¿A qué hora terminabas de trabajar los viernes?
Raúl: Los viernes no salía muy tarde, terminaba 9-10 de la noche quizás y vamos de fiesta, no.
Alba: Vale, 9-10 en Estados Unidos para mí es hora de cenar claro, pero 9-10 en Estados Unidos, ¿es hora de irse de fiesta?
Raúl: Para un joven de 21 años lo es, sí, sí.
Alba: Todas las horas lo son.
Raúl: Claro, sí, sí, o sea, de hecho, no me enorgullece decir esto, pero luego había veces como decimos en México me iba en vivo a trabajar, o sea, con 1-2 horas de sueño quizás
Alba: ¡Madre mía! Sí, sí.
Raúl: No sé cómo lo hacía la verdad.
Alba: Complicado, muy complicado, vale, o sea, que tú rutina era trabajar los viernes, salir de fiesta el viernes, entrar al turno de desayuno el sábado, salir el sábado y por la tarde dormir.
Raúl: Sí, sí, tomaba una siesta.
Alba: Claro, larga.
Raúl: Pasaba un poco de tiempo, pues con mis sobrinos y mi hermana.
Alba: Sí, te veía el pelo, ¿no? Claro porque si estás de 8 a 8 fuera de casa y fin de semana tienes que trabajar, dices, hola, soy Raúl, he vuelto.
Raúl: Sí, sí, exacto, de hecho, creo que por eso funciono que viviéramos juntos porque nos veíamos muy poco en realidad.
Alba: El fantasma de Raúl totalmente.
Raúl: Sí, exacto, sí, sí, sí y ya no sé. Yo creo que el sábado me salía a las 7-8 de la noche.
Alba: Vale, ¿tenías sitios de fiesta cerca o donde tenías que ir?
Raúl: Generalmente eran fiestas en casa de alguien y ya cuando cumplí los 21 años porque en Estados Unidos solamente se te permite tomar a partir de los 21 años.
Alba: Legalmente claro.
Raúl: Entonces, ya iba a bares.
Alba: Ah, vale, claro. ¿Lo de las fiestas en casa es para beber un poquito a escondidas o…?
Raúl: Sí, sí, sí.
Alba: Claro, entonces fiestas en casa, amigos que vivían en el mismo pueblo que tú.
Raúl: Es correcto, amigos que conocí ya sea en el trabajo o en la escuela.
Alba: Vale, pues nos vamos de fiesta el sábado, el domingo trabajamos otra vez el turno de desayuno y el domingo por la tarde, ¿qué hacías?
Raúl: Domingos por la tarde bueno, regresaba de trabajar y trataba de cargar pila un poco por así decirlo.
Alba: Vale, dormir otra siesta sí.
Raúl: Dormía una siesta y generalmente era ya sea ir al cine, salir a cenar o si era necesario irme a un café a hacer tarea.
Alba: Por cambiar un poco de aires, ¿no?
Raúl: Sí, por cambiar de aire y aparte algo curioso conmigo es que yo no puedo hacer tarea en casa, no me concentro. Tengo que ir a un café o una biblioteca o algo.
Alba: Sí, sí, sí y tenías mucho allí, claro es que al decir la palabra pueblo, yo me imagino, no sé, ¿cuántos habitantes tenía el pueblo?, para hacerme un poco una idea.
Raúl: Híjole, no te sabría dar una cifra, pero sí era pequeño. Es que es raro porque sí, o sea, tú piensas en la palabra pueblo y te imaginas un lugar aislado.
Alba: Claro y sí me dices esta un poquito más retirado, un poco más rural, pues yo me imagino yo qué sé mil personas, 2 mil personas.
Raúl: Quizás unos 2 mil.
Alba: Ah, es pequeñito.
Raúl: Pero no sé la verdad no, por ahí debe estar el dato estadístico a un lado, pero es que es extraño porque era un pueblo, qué palabra es la que busco, no sé era un pueblo, pues de primer mundo.
Alba: Apañado, estaba bastante apañado.
Raúl: Sí, sí, sí, exacto, había opciones para salir a divertirte, o sea, limitadas, pero las había.
Alba: Vale.
Raúl: Constantemente había actividades culturales ahí mismo.
Alba: Ah, muy bien.
Raúl: Sí, sí, sí y si no, pues no era difícil manejar al pueblo siguiente a ver que había por allá.
Alba: Claro, claro muy bien es que un pueblo para mí es eso. Yo vivo en un pueblo, por ejemplo, pero mi pueblo tiene 7 mil habitantes y bueno, pues es un pueblo también como tú dices que tiene de todo. Hay varios supermercados, hay cafeterías, hay panaderías, pescaderías, etc. No tengo que ir a otro pueblo a hacer cosas de diario, pero ya sí quiero salir de fiesta o alguna cosa así sí que tengo que irme a una ciudad.
Raúl: Ya, sí ahí en Sonoma podría volverse un tanto aburrido porque, pues sí. Siempre ves a la misma gente. Si querías variedad, sí era necesario salir.
Alba: Sí, bueno hablando de la gente, ¿tú tenías amistades ahí de México además de Joel y otros países hispanoparlantes?
Raúl: Sí, tenía mucho amigos México americanos ya sea de primera o segunda generación que, o sea, para mí sí es como una cultura aparte, o sea, sí tenemos cosas en común, pero su experiencia de vida y su cosmovisión es diferente a la de una persona que creció en México, sí, y bueno, tenía amigos de otras partes de México, tuve un amigo de Chile, Eddie, Marcelo de Uruguay, tuve otra amiga de Guatemala y estoy tratando de recordar si conocí a gente de otros países hispanohablantes, o sea, sí llegué a conocer e interactuar con ellos, pero no fueron relaciones estrechas.
Alba: ¿Todos ellos vivían en el pueblo?
Raúl: Si no en el pueblo, bueno, yo vivía en Sonoma y el lugar que estudiaba el College se llama Santa Rosa estaba a unos no sé 15 kilómetros.
Alba: Vale, cerquita sí.
Raúl: Exacto y bueno, sabes que ahora que me lo mencionas Santa Rosa, me preguntabas por otra ciudad, Santa Rosa es una ciudad también, pero es pequeñita
Alba: Vale.
Raúl: O sea, difícilmente la llamarías ciudad, pero esa era la definición que le daban.
Alba: Entonces la gente vivía alrededor.
Raúl: Es correcto, sí, sí.
Alba: Sí, sí, ¿me vas a decir algo?
Raúl: Sí, me acabo de acordar de Marcela amiga nuestra de Joel y mía, ella era de Bolivia.
Alba: De Bolivia también, hay mucha gente de Hispanoamérica.
Raúl: Sí, muchísima, muchísima. Lo que vas a encontrar más en California son mexicanos definitivamente, pero sí puedes encontrar a gente de otros países.
Alba: ¿Y de España conociste a alguien?
Raúl: Creo que no, estoy tratando de recordar, no, bueno conocí a un chico alguna vez que me parece que su mamá era de Barcelona, pero él era estadounidense y era curioso porque sí, cuando él hablaba español hablaba con el acento catalán. Sí, sí, era muy curioso esto.
Alba: Claro, sí había aprendido de su madre, si era la única referencia lingüística que tenía, pues con todo el acentazo, ¿no?
Raúl: Exacto sí, se me hacía curioso porque, pues sí era común encontrar amigos mexicanos o México americanos que hablaran con acento mexicano el español, pero pasaba lo mismo con este cuate nada más que con su acento.
Alba: Sí, sí, eso me recuerda yo tenía también una estudiante en Irlanda, su madre era española y era del país vasco y ella hablaba español vasco totalmente, o sea, con acento cerrado vasco completamente y solamente pasaba el verano, entonces sí que veía familia de país Vasco, pero la única referencia que tenía en casa era su madre, sí y le había pegado igual que este hombre.
Raúl: Sí, sí, es curioso cómo funciona eso. Tengo un amigo, se llama Julián, sus padres son franceses y bueno, obviamente él habla inglés con acento californiano, habla francés con acento francés y estuvo estudiando español y cuando hablaba español en vez de tener acento americano no, sonaba a francés, era muy curioso.
Alba: Es que el francés yo me he dado cuenta en estudiantes también que han tenido lo mismo, o sea, yo tenía un estudiante inglés, no. ¿Era inglés o americano? Creo que era americano, pero vivía muchos años en Francia y cuando hablaba español tenía el acento francés totalmente. El francés yo creo que es un idioma que te atrapa en muchos sentidos en el acento. Entonces después cuando intentas hablar otros idiomas el francés te sale mucho.
Raúl: Sí, sí, sí, es curioso.
Alba: Sí, sí, es que tengo otra estudiante igual irlandesa, pasó muchos años en Francia y, aunque ahora vive en Irlanda y aprende español en Irlanda el acento que le sale es francés cuando habla español. Es muy curioso esto sí, sí, sí, pero lo he visto en más gente tienes razón, muy bien y ¿amistades estadounidenses?
Raúl: Sí, sí, también bastantes, sí también bastantes tuve mucho con los cuales sigo en contacto.
Alba: Ah eso es bueno, te iba a preguntar si seguías en contacto con ellos.
Raúl: Sí, así es, de hecho, un par de ellos han venido a visitarme aquí.
Alba: ¡Ay, qué bien, qué gusto! Muy bien, muy bien, bueno, ¿qué hacías con tus amigos en el tiempo que tenías libre además de las fiestas en casa e ibais a tomar un café o no sé ibais a algún club de lectura, literatura, algo relacionado con las lenguas.
Raúl: Eso es lo que debí haber estado haciendo, pero en realidad no, era mucha fiesta la verdad, quizás ir a conciertos.
Alba: Vale.
Raúl: Estoy tratando de recordar qué de productivo hacia con mis amigos, no. Creo que éramos unos malvivientes la verdad, sí. Bueno, por ejemplo, con Joel constantemente platicábamos… analizábamos la lengua tal cual. Nos dábamos ideas sobre todo cómo enseñarle español a angloparlantes tratando de ponernos en su lugar, de cuál era la cosmovisión de ellos, cómo percibían la lengua y cómo explicarles el español de manera que fuera más sencillo para ellos, ¿no? Eso ocurrió mucho con él, obviamente tenía amigos músicos con los cuales tocábamos o igual hablábamos mucho de música o de grupos que nos gustaban.
Alba: Claro, que te iba a preguntar claro, porque tú decides dejar la música a un lado, pero de forma más de estudio, pero tú, ¿has seguido con la música como hobbie?
Raúl: Sí, definitivamente sí, hace no mucho antes de la pandemia estaba empezando un proyecto musical con una amiga nada más que ahorita como que se quedó en el limbo esto, no lo hemos retomado.
Alba: Qué pena.
Raúl: Sí, pero sí, o sea, todavía toco en mis ratos libres y te puedo decir que lo disfruto más que cuando estaba estudiándolo, si como que tratar de buscar hacer música de manera profesional para mí le quito lo divertido.
Alba: Esto suele pasar muchas veces también. Yo creo que sí que cuando le pones unas exigencias y un horario y cuando se vuelve un poquito más formal dices a lo mejor no me parece tan atractivo, lo atractivo era que yo voy a la música cuando quiero, que toco lo que a mí me gusta, que hago lo que realmente a mí me gusta y nadie me dice lo que tengo que hacer y lo que no.
Raúl: Es correcto sí, incluso el último… estuve en una banda de covers hace algunos años y sí tenía sus aspectos divertidos, pero no me agradaba la idea de tener que tocar canciones que le gustaran a la gente y no necesariamente a mí. Yo dije no, a ver yo aprendí a tocar por darme gusto a mí y nada más quién me quiera escuchar bienvenido, sino que le busquen por otro lado.
Alba: No, pero está bien. Yo creo que está bien experimentar y decir bueno, pues vale voy a formar un grupo o voy hacer otras cosas, voy a intentar estudiar para darte cuenta también de qué forma tú disfrutas esa actividad.
Raúl: Es correcto.
Alba: Muy bien, bueno cuando tenías tiempo, no sé cuándo en la vida, imagino que en los veranos descansabas un poco, alguna cosa así, ¿te gustaba viajar alrededor de California? ¿Has explorado un poquito el estado o has ido a otros estados?
Raúl: Llegué a visitar Las Vegas nada más, los Ángeles también, California, que está… yo creo que era un trayecto de 10 horas en carretera de donde estaba yo a la ciudad de los Ángeles. Lamentablemente no viajé tanto como me hubiera gustado porque sí trabajaba mucho, o sea, por mucho que me gustara la fiesta y demás también me gustaba el dinero. Entonces, por ejemplo, los veranos, tenías la oportunidad de tomar clases en verano para ir adelantando tus materias.
Alba: Ah claro.
Raúl: Lo cual hice un par de verano y si no, trataba de cubrir más turnos en el restaurante.
Alba: ¡Madre mía!, o sea, que el tiempo libre que tenías lo aprovechabas para hacer y seguir haciendo actividades, o seguir trabajando.
Raúl: Sí.
Alba: De solamente decirlo estoy estresada.
Raúl: Sí, sí, era muy ajetreada mi vida en ese entonces.
Alba: Desde luego.
Raúl: Sí y la verdad, o sea, sí necesitaba el dinero tanto para ayudarme a pagar mis colegiaturas, material didáctico, renta, ya sabes gastos del día a día y sí, o sea, lamenta lamentablemente por el trabajo que hacía trabajaba los fines de semana y no me quedaba mucho tiempo como para salir a pasear tanto como quisiera, tanto como el que tengo ahora, ¿no?
Alba: Sí, sí, sí claro. Crees Raúl que si hubieras estudiado en México, hubieras tenido más tiempo libre, ¿crees que estudiar en México la universidad es tan exigente a nivel económico como estudiar en Estados Unidos?
Raúl: A nivel económico, hablando de mí, de las posibilidades que yo tenía creo que no hubiera sido tan caro y no hubiera sido tan exigente; sin embargo, no sé si hubiese logrado encontrar mi verdadero oficio.
Alba: Claro, sí, sí, pero claro partiendo de la base de que no vivías con tus padres en este caso vivías con tu hermana, pero pagabas una renta también, etc, ya sabemos que la educación en Estados Unidos no la regalan desde luego y es un esfuerzo económico, por eso te preguntaba que si hubieras estudiado en la universidad pública de México, no sé, te hubiera costado menos dinero también.
Raúl: Sí, eso sí, definitivamente me hubiera costado menos dinero, pero sabes la experiencia que tuve en Estados Unidos me hizo madurar mucho.
Alba: Claro, imagino.
Raúl: O sea, antes de esa última etapa, nunca había trabajado y a decir verdad, durante mi educación básica, yo era un desobligado. Terminé mi educación básica como decimos en México de panzazo. Sí, y entonces llego a Estados Unidos, tienes que trabajar ya no está mamá y papá para regañarte por tus calificaciones. A ver, aquí estás porque quieres tienes que aplicarte y terminé encontrarle el gusto a la escuela.
Alba: Bien, eso es un logro.
Raúl: Sí, bastante.
Alba: Eso es un logro que no mucha gente consigue. Al final estudiar si es una cosa que te gusta y es una asignatura que te gusta posiblemente, pero muchas veces se convierte en obligación también porque tienes que trabajar en alguna cosa. Entonces dices bueno vale tengo que estudiar, pero aprender a apreciar la educación es un logro y yo creo que también como tú dices la experiencia de trabajar, tener que ganar tu propio dinero, saber lo que cuesta ganar el dinero y cuando lo gastas dices ahí se van 3 horas de mi trabajo, se van 4 horas de mi trabajo, ¿no? También aprendes mucho a madurar y a apreciar las cosas que tienes y darles un valor.
Raúl: Sí, definitivamente, sí fue estresante el ritmo de vida que tenía en ese momento, pero si pudiera, lo volvería a hacer.
Alba: Claro:
Raúl: Sí, o sea, sí cambió mi vida para bien.
Alba: Claro, sí, sí. Yo vamos, yo he tenido también experiencias trabajando de cara al público y sé lo que es también y sé que ser camarero es muy diferente a ser profesor, por ejemplo, y entonces nunca, nunca se me ocurriría hablarle mal a una persona que trabaja de cara al público, les tengo mucho respeto y es un trabajo que es sangre y sudor.
Raúl: Sí, sí, no, he tenido amigos como que piensan que es un trabajo sencillo, realmente no lo es, se requiere de muchísima paciencia.
Alba: No te puedes imaginar, claro, claro que sí. Es que hay que aguantar mucha gente, mucha gente no tiene mucha educación, vamos a decirlo así y entonces aprendes mucho a valorar la gente que trabaja de cara al público que siempre tienes que tener una sonrisa, aunque tengas un día horrible, tienes que estar ahí para el cliente y nunca, nunca se me ocurriría tratar mal a alguien que trabaja de cara al público.
Raúl: No, definitivamente no.
Alba: Claro, es una forma de aprender y de decir bueno, yo me quiero dedicar toda la vida a ser camarero o quiero estudiar o voy a optar a otra cosa un poquito mejor o quiero cambiar de profesión porque bueno, pues no es fácil, ¿no?
Raúl: Correcto sí.
Alba: Totalmente, muy bien, muy bien. Bueno hablando de restaurantes, ¿comías en restaurantes? Porque yo pienso en tu rutina y pienso a ver este hombre, ¿cuándo come? ¿Qué hacías para comer? ¿Comías mucho fuera de casa o preferías llevar algún topper de cocinar en casa?
Raúl: No, sí la verdad es que comía mucho afuera, comía mucho afuera, desayunaba en la escuela, por ejemplo.
Alba: Sí.
Raúl: Comía en la escuela, bueno la comida era variada porque, alrededor del plantel había muchísimas opciones, muchos restaurantes o lugares de comida rápida. Sí había muchas opciones; entonces sí había bastante variedad ahí ya fuera una hamburguesa, había restaurantes supuestamente mexicanos, sí, comida china, comida hindú.
Alba: Muy internacional.
Raúl: Sí, había de todo.
Alba: Claro, ¿tú crees que eso también cambia? Por ejemplo, en la cultura mexicana si tú hubieras ido a la universidad en México, ¿hubieras comido tanto fuera?
Raúl: No tanto porque, o sea, estoy seguro que habría estado más limitado económicamente. No me hubiera permitido darme esos lujos y creo que también mi gusto por la comida sería más limitado porque el estar en Estados Unidos y probar diferentes opciones, pues sí como que abrió mi paladar a nuevos sabores, ¿sabes?
Alba: Bien, sí, sí. Claro, muy bien, muy bien. Bueno y Raúl además de ir de fiesta, trabajar, etc, ¿qué hacías más para divertirte? Por ejemplo, ibas al cine, ibas a lugares turísticos, a la playa, salías a caminar, montañas, ¿qué hacías?
Raúl: Sí, iba muy seguido a la playa, las playas en California muchos amigos mexicanos se quejan de las playas de California porque no les parecen tan divertidas. Son frías. Aquí en México cuando vas a la playa, son climas más cálidos, sabes. No sé, encuentras palapas (***), te puedes meter al mar e incluso hay meseros sirviéndote cosa que no existe en California.
Alba: Vale, aquí tampoco.
Raúl: Pero pues allá si vas a la playa es más bien como de día de campo y también puede ser divertido, o sea, solamente es cuestión de cambiar tu expectativa.
Alba: Claro, de llevarse un picnic darse un paseo, o cosa así.
Raúl: Así es, sí, sí, sí.
Alba: Claro, muy bien, muy bien, ¿y al cine o a caminar en montañas o?
Raúl: No senderismo no lo llegué a hacer y sí es una práctica común por allá, pero no lo llegué a hacer, de repente cuando me daba por hacer ejercicio, pues sí salía a correr por el campo, los parques, íbamos mucho al cine, conciertos.
Alba: O sea, que sí que hacías cositas variadas también.
Raúl: Sí, es correcto sí.
Alba: Claro, es que son 5 años los que estuviste allí.
Raúl: Sí, sí, sí.
Alba: 5 años, ¿los 5 años estuviste con la misma rutina de trabajos y estudios?
Raúl: Sí, sí, sí recuerdo que al principio como decimos en México en lo que agarraba el patín, pues sí pasaba más tiempo en casa, pero espués fui consiguiendo más trabajo ya pasaba más tiempo fuera y hasta que ya se convirtió en mi vida esta rutina.
Alba: Raúl, ¿qué dirías que es lo que más te gustaba de vivir en California?
Raúl: Mucho, me encantaba la diversidad cultural que había ahí porque, pues conocí personas de muchos países que nunca hubiera imaginado conocer estando yo en México.
Alba: Claro.
Raúl: Tenía compañeros de China, de Japón, de Pakistán, la India, de África, o sea, era increíble esa experiencia, ¿no? Extraño eso y también era mucho más seguro vivir allá.
Alba: Vale, interesante.
Raúl: Sí, o sea, los índices de delincuencia no se comparan con los que encuentras aquí, ¿no?
Alba: Entonces claro, ¿eso es lo que más echas de menos dirías de California?
Raúl: Sí, sí definitivamente.
Alba: Muy bien Raúl, bueno, pues, ¿hay algo más que te gustaría compartir o que te gustaría no sé hablar un poquito de algún buen recuerdo que hayas tenido ahí? ¿Alguna experiencia graciosa? ¿Algún choque cultural?
Raúl: Creo que cultural, curiosamente creo que esos los he tenido más en México que allá. No sé, o sea, por ejemplo, el sentido del humor que se maneja allá es un tanto simple, pero a mí me encanta.
Alba: Vale, sí.
Raúl: Quizás el choque cultural que tuve allá fue tratar de entender el sarcasmo porque además de todo yo soy muy crédulo. Todo lo que me digas si no estás sonriendo me puedes engañar y no me doy cuenta de que estás bromeando, ¿sabes? Y allá lo hacen mucho.
Alba: Sí, o sea, que te sirvió también para aprender un poco a distinguir.
Raúl: Sí, exacto.
Alba: Bien, bien, bien. Bueno, entonces has tenido buena experiencia, ¿no?, en California, ¿dirías que has sido buena la experiencia allí?
Raúl: Sí, en general sí, sobre todo la última etapa en la que estuve yo creo que fue la que más me agradó.
Alba: Claro.
Raúl: Porque conocí muchísimas gente, me ayudó a ver el mundo y la vida de manera muy diferente y sí, sí me encantó, me ayudó a convertirme en lo que soy en la actualidad.
Alba: Claro que sí, efectivamente, es que forma parte de ti y eso son experiencias y enseñanzas que, pues para toda la vida realmente.
Raúl: Sí.
Alba: Que conforman tu personalidad. Pues Raúl muchísimas gracias porque ha sido un placer realmente, yo tenía mucha curiosidad por saber, pensaba que sólo habías estado durante un periodo, pero ya veo que han sido en diferentes etapas de la vida y me ha encantado saber esta parte de ti también.
Raúl: A mí sí, siempre me encanta charlar contigo, ya te echaba de menos.
Alba: Gracias Raúl, pues nada nos vemos pronto seguro.
Raúl: Claro que sí.
Alba: Gracias, gracias Raúl, hasta pronto.
Raúl: Adiós.
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