Conversations in Spanish & Other Languages
NOTE:
This episode was transcribed by a native speaker and revised by a another native speaker, but I didn’t have time to revise it myself. I am confident that it is very accurate, but I apologize if you see a mistake. We do the best we can to be as accurate as possible. Thank you!
Joel Zárate.
Ep 181: La niñez de Milton, con Milton y Joel
(Intermediate Level)
Note: When you see 3 asteriks (***), it means that it wasn’t clear to understand what our guest said due to the internet connection.
Joel: Milton, bienvenido una vez más a nuestro podcast de conversaciones en español y otras lenguas. Es un gusto verte una vez más, es un gusto escucharte, y en esta conversación en particular será un gusto conocer un poco más sobre ti cuando eras niño. Vamos a hablar sobre cosas curiosas, sobre cómo era tu vida de niño y así nuestros escuchas pueden escuchar muchos ejemplos en el pasado y aprender cómo hablar en el pasado sobre la niñez también. Milton, bienvenido al podcast, es un gusto verte una vez más.
Milton: Muchas gracias a ti, Joel, por tenerme una vez más contigo en un episodio más para nuestros escuchas. Para mí es un placer contarles un poquito de mi niñez.
Joel: Gracias, Milton. Para mí será un placer escucharte hablar sobre tu niñez y también compartir un poco de tiempo contigo y compartir esta conversación con nuestros escuchas. Entonces, Milton, ¿qué te parece si comenzamos? ¿ Y estás listo?
Milton: Estoy listísimo. ¡Vamos!
Joel: Excelente, muy bien. Bueno, Milton, primero, ¿cómo eras tú de niño? ¿Eras activo? ¿Eras tranquilo? ¿Eras calmado? ¿Eras travieso? ¿Eras maldoso? ¿Eras amigable o eras extrovertido? ¿Eras tímido? ¿Eras penoso? ¿Ustedes dicen penoso en El Salvador también? ¿Ser penoso?
Milton: Sí, sí, decimos penoso.
Joel: Muy bien, penoso es otra forma de decir tímido, pero que somos un poco muy, muy tímidos, somos muy penosos y nos escondemos detrás de la madre para no hablar. ¿Cómo eras tú de niño, Milton?
Milton: Bueno, Joel, yo era un poco de todo. Era activo, era tranquilo, era calmado, era travieso, era amigable, era extrovertido, era tímido, era penoso, según la circunstancia, pero por lo general yo era muy calmado, muy tranquilo. Mi madre cuenta que cuando salíamos y teníamos algún mandado por hacer, yo me quedaba quieto, yo me quedaba tranquilo. Ella decía: "Hijo, quédate aquí, ya regreso", y yo me quedaba ahí donde ella decía, sin importar cuántas horas pasaran. Ella solo me dejaba una libreta, un cuaderno, y yo dibujaba.
Joel: Muy bien, muy bien, entonces eras un niño tranquilo, eras obediente y no hacías nada fuera de lo normal, eras bastante tranquilo, bastante obediente.
Milton: Sí, por lo general sí. A veces, a veces sí era un poco travieso. En una ocasión mi madre me dijo: "Hijo, no te vayas por ese camino", y yo quería hacerle de acróbata. Me fui por ese camino, subí la pared para poder cruzar al otro lado y yo no noté que había un pequeño cable saliendo de la pared y quedé suspendido en la pared porque mi short quedó prendido a ese cable, y ella dijo: "Te lo dije, por travieso."
Joel: Muy bien, muy bien, muy bien. Milton, ¿tu vivías con tus papás en la casa de tus abuelos o tus papás tenían su propia casa? Te pregunto esto porque tú sabes que en nuestros países es muy común vivir con los abuelos. Los abuelos y tu padre y los hijos, es algo que pasa con frecuencia. ¿Te pasó a ti? ¿Tú vivías en la casa de tus abuelos?
Milton: No, fíjate, no vivía en la casa de mis abuelos. Vivía en la casa de mis padres, pero no era una casa propia, era una casa rentada.
Joel: Muy bien, entonces tus papás rentaban una casa y ustedes vivían ahí.
Milton: Exactamente, rentábamos una casa y vivíamos ahí. Era una casa pequeña, pero muy bonita.
Joel: Muy bien, muy bien. Algo también que pasa mucho en nuestros países es que las casas de nuestros miembros de la familia están muy cerca. Por ejemplo, cuando yo vivía en México, yo vivía con mi madre en la casa de mis abuelos porque mi padre y mi madre se separaron y después mi padre emigró a los Estados Unidos. Y vivía en la casa de mis abuelos, y al lado de la casa de mi abuelo estaba la casa del hermano de mi abuelo, y tres, no tres, pero varias casas después vivía la hermana de mi madre, y otra casa después vivían los hermanos de mi padre. Entonces todos de alguna forma vivíamos cerca. Entonces, cuando tus papás rentaban la casa, ¿estaba cerca de la casa de tus abuelos o estabas cerca de la casa de otros familiares?
Milton: Sí, Joel, la verdad que tu historia es muy similar a la mía, porque en ese lugar era un terreno muy grande y había otra casa. Entonces, mi abuela y mis tíos y mis tías rentaban esa casa. Vivíamos muy cerca de ellos.
Joel: Muy bien, muy bien. ¿En qué parte de El Salvador vivías? ¿Vivías en la ciudad, vivías en un pueblo, vivías en el campo o vivías en las afueras de la ciudad?
Milton: Nosotros vivíamos en la ciudad, en San Salvador.
Joel: ¿Ibas a una primaria cerca de tu casa, Milton?
Milton: Sí, muy, muy, muy cerca de mi casa. Literalmente, solo salía de la calle de mi casa y cruzaba a la derecha, subía un poquito y en cuestión de dos minutos ya tenía la escuela frente a mí.
Joel: Muy bien, qué interesante, sí, porque creo que en nuestros países tenemos una experiencia similar en donde la escuela primaria está cerca. Creo que mi escuela primaria estaba a 20 minutos de distancia caminando. Entonces, yo caminaba con mis primos para ir a la primaria y también para la preparatoria, para high school. ¿Ustedes dicen preparatoria en El Salvador o dicen bachillerato para high school?
Milton: Decimos bachillerato.
Joel: Muy bien el bachillerato. Entonces antes del bachillerato, la secundaria, y después de la secundaria, el bachillerato.
Milton: Exactamente, así es, sí.
Joel: Muy bien, muy bien. Milton, ¿recuerdas si te gustaba ir a la primaria? ¿Tienes algunas anécdotas que recuerdas de la primaria?
Milton: Sí, Joel, muchas memorias bonitas de la primaria. Me gustaba mucho ir a la primaria, no realmente por estudiar. Era buen estudiante, pero me gustaba más jugar con mis amigos. Llegaba a la escuela y en aquel entonces, este juego de cartas de Yu-Gi-Oh! eran muy popular. Entonces, antes de comenzar las clases, jugábamos unas partidas de cartas unos 20 minutos, y cuando la campana sonaba, salíamos corriendo a nuestros respectivos salones de clase.
Joel: Muy bien, muy bien. ¿Recuerdas si eras un niño aplicado, si eras el niño listo, inteligente de tu clase? Que a veces pasa, que por alguna razón, tal vez no necesariamente porque estudiabas tanto, pero en mi caso yo no estudiaba tanto, pero yo participaba mucho en la clase y tenía reputación de ser inteligente porque yo participaba mucho. ¿Tú cómo eras, Milton?
Milton: Sí, Joel, muy similar a lo que tú dices. Yo participaba mucho. En ocasiones, algunos compañeros y compañeras se molestaban porque yo participaba, pero no era porque yo quería ser el primero, sino que en ocasiones la profesora o el profesor preguntaba algo y nadie levantaba la mano, entonces me sentía en la obligación de levantar la mano porque sabía la respuesta. Y obtuve esa reputación de ser un chico, un niño aplicado.
Joel: Muy bien, muy bien, muy bien. ¿Cuándo tenías 5 o 6 años, quién te cuidaba si tu mamá o tu papá estaban trabajando?
Milton: Sí, en mi caso personal, mi madre siempre fue quien me cuidaba, pero si ella no estaba en casa, yo me quedaba solo unas horas, dos horas, tres horas, y me gustaba porque podía ver mucha televisión.
Joel: Milton no recuerdo si me has dicho si tienes hermanos o hermanas, creo que tienes una hermana, ¿no?
Milton: Sí Joel, tengo una hermana mayor y tengo un hermano menor.
Joel: Muy bien, tú eres el de en medio.
Milton: Yo soy el de en medio, el sufrido, el incomprendido.
Joel: Muy bien, muy bien. Entonces, entonces, cuando tenías 5, 6 años, o tal vez 7, 8 años, y te quedabas en tu casa, ¿estabas con tu hermano menor y estabas con tu hermana mayor?
Milton: Sí.
Joel: ¿Haciéndose compañía?
Milton: Haciéndonos compañía. A veces jugábamos a este juego que se llama escondelero.
Joel: ¿Escondelero? Dime que es escondelero.
Milton: Creo que en otros países le dicen esconde esconde, no sé. Una persona se tapa los ojos, cuenta hasta 10 o 20 y los demás corren y buscan un lugar para esconderse, y esta persona que tenía los ojos tapados debe encontrarlos.
Joel: Muy bien, muy bien. En México se llama jugar a las escondidillas. Jugar a las escondidillas.
Milton: Muy bien.
Joel: Muy bien, entonces sí, es verdad, muy bien. Milton, ¿tenías que hacer tareas que tus papás te asignaban? Por ejemplo, ¿barrías el suelo, trapeabas el piso, lavabas los platos, limpiabas tu cuarto, guardabas tus cosas, arreglabas tu cuarto, ordenabas tu cuarto? ¿Cuáles eran tus responsabilidades de la casa cuando tenías entre, no sé 8 años, por ejemplo?
Milton: Sí, Joel, yo tenía tareas, yo tenía que haceres, que mis papás me asignaban. Por ejemplo, yo lavaba platos o yo limpiaba mi cuarto, yo ordenaba mi cuarto, yo barría un poco, yo trapeaba un poco. Estas tareas no las hacía todos los días, ellas variaban de día con día. Era más común para mí, lavar los platos. Yo lavaba los platos de lunes a viernes.
Joel: Muy bien, muy bien. En México, para hablar de los platos, los vasos, generalmente usamos la palabra "los trastes". ¿Ustedes usan "los trastes" en El Salvador?
Milton: Sí, Joel, usamos esa palabra también, lavar los platos o lavar los trastes.
Joel: ¿Tus papás te daban algún incentivo, algún premio cuando terminabas tus quehaceres? Por ejemplo, ¿te daban más tiempo para ver la televisión, te compraban algún juguete o algún dulce, o te daban dinero para gastar?
Milton: Sí, Joel, un poco de todo. Mi papá, especialmente, era quien me daba un incentivo o un premio al terminar alguna tarea de la casa. Por ejemplo, en ocasiones mi papá me compraba pan dulce o repostería porque esa era mi cosa favorita de comer de niño. O me compraba un carro, un juguete, o me daba más tiempo para ver la televisión.
Joel: ¿Tú tenías familiares que vivían lejos de tu casa, que vivían tal vez del otro lado del país, en una esquina opuesta de El Salvador, o que tenían que viajar dos, tres horas para visitarlos? ¿Tenías familiares que vivían lejos?
Milton: Sí, Joel, tenía muchos familiares que vivían lejos de nosotros, como algunos abuelos, algunas tías, tíos, y por lo general nos tomaba tres horas para visitarlos.
Joel: Muy bien. ¿Y tú y tu familia iban a visitar a los familiares que vivían lejos de ustedes? ¿Y con qué frecuencia iban a visitarlos?
Milton: Íbamos probablemente una vez al mes, no al mismo familiar o pariente, pero sí tratábamos de visitar al menos uno de ellos por mes para mantener esa comunicación, ¿no?
Joel: ¿Y tus papás te llevaban a pasear? ¿Te llevaban de viaje? Y si te llevaban a pasear, ¿a dónde iban?
Milton: Sí, mis papás me llevaban a pasear, me llevaban de viaje. Y nosotros íbamos a los parques; en algunos centros comerciales, hay un área verde donde las personas pueden hacer como un picnic; y mis padres tenían la costumbre de llevarnos a estos lugares a comer o a veces a algún restaurante.
Joel: Muy bien. Decías que te llevaban al parque, y ¿qué tal los fines de semana? ¿A dónde iban los fines de semana? ¿Te llevaban al parque o tal vez, debo hablar en plural, a tus hermanos y a ti? Tal vez iban en familia al parque, al cine, a la feria, al centro, a un juego de béisbol o de fútbol. ¿A qué lugares te llevaban los fines de semana?
Milton: Sí, Joel, a muchos lugares, la verdad. Nos llevaban al parque, a veces al cine, no muy frecuentemente, pero sí nos llevaban al cine. A veces a la feria, especialmente en agosto, que es el tiempo de las fiestas agostinas y hay muchas ferias en la ciudad. Y en ocasiones a algunos restaurantes que están lejos de la ciudad donde podemos disfrutar los platillos típicos de El Salvador.
Joel: Milton, ¿ustedes tenían mascotas? ¿Tenían perros, gatos, peces, un pájaro, una tarántula, u otros animales?
Milton: Sí, sí, sí, Joel, teníamos mascotas. No tarántulas, no quiero una en mi casa. Teníamos perros, teníamos gatos. Tuvimos una iguana un tiempo acá en casa. No me gustan mucho las iguanas porque no puedo jugar mucho con ellas. Y eso fue todo, sí, perros, gatos y una iguana.
Joel: Muy bien, muy bien. Milton, ¿tú tenías un juguete con el cual tpu jugabas mucho? ¿Tú tenías un juguete que era tu juguete favorito?
Milton: Sí, muchos la verdad, pero uno en particular que me encantaba demasiado era un juego… era como un videojuego pequeñito que era muy barato, era para jugar Tetris en gris y negro. Y este producto se arruinaba, o sea, dejaba de funcionar en cuestión de tres meses, y volvía a comprar otro, y así estaba durante todo el año. Era mi juguete favorito, podía pasar horas jugándolo.
Joel: Muy bien, muy bien. Yo recuerdo cuando era niño, a mí también me gustaban las maquinitas, para hablar de videojuegos decíamos "las maquinitas", y había estos cuartos con varias maquinitas, y podías ir y jugar maquinitas ahí. Y me gustaba mucho jugar Street Fighter y yo era muy bueno. Me acuerdo que en México, cuando eras un buen jugador, cuando jugabas muy bien, te decían que eras "vago", soy vago. Yo era muy vago en Street Fighter, era uno de mis juegos favoritos.
Milton: Hablando de Street Fighter, a mí también me gustaba mucho. Con uno de mis amigos visitábamos el centro de la ciudad, las maquinitas. Solo necesitabas cinco centavos de Colon, que es menos de un centavo de dólar, para jugar a las maquinitas y hacíamos competencias con otros chicos y, a veces yo ganaba, a veces ellos ganaban. Era muy divertido.
Joel: Muy bien, muy bien. Y Milton, ¿tus papás te dejaban ver la televisión? ¿Podías ver la televisión el tiempo que quisieras o tenías un límite para ver la televisión? Recordé que mi abuelo bromeaba y algunas veces yo le decía a mi abuelo: "Abue, ¿puedo ver la televisión, puedo ver la televisión?", y me decía: "Sí, sí puedes verla, pero no la prendas."
Milton: Que malo.
Joel: Era una broma que hacía, pero, claro, me dejaba ver la televisión, podía prender la televisión, pero es una de esas bromas en español que podemos hacer con poder, puedo ver la televisión. Sí, sí puedes, pero no la prendas. Muy bien, ¿pero a ti te dejan ver la televisión, Milton?
Milton: Sí, Joel, me dejaban ver la televisión. La verdad no había una restricción para verla. Mi mamá tal vez era un poquito estricta en ese aspecto. Ella decía: "Okay, primero las tareas y después la televisión." Entonces, yo tenía mi propia dinámica diaria cuando yo regresaba de la escuela, yo almorzaba e inmediatamente hacía mis tareas e intentaba terminarlas en cuestión de una o dos horas para poder pasar toda la tarde viendo mis programas favoritos.
Joel: Muy bien, muy bien. Milton, ¿qué actividades te gustaba hacer cuando tenías 8, 9, 10 años? ¿Leías, veías la tele, jugabas con algún juego de mesa, jugabas con tus videojuegos o jugabas con otros niños en la calle? ¿Jugabas en la calle con tus amigos? ¿Qué actividades te gustaba hacer?
Milton: Muy bien, sí, Joel, me gustaba hacer muchas cosas, como ver la televisión, esa era mi actividad favorita. En ocasiones, mis amigos de la escuela me visitaban y jugábamos con ellos cartas o Pokémon. Teníamos unos juegos de Pokémon que podíamos pues jugar en grupo. También recuerdo que tenía unos patines y me gustaba patinar por toda la casa como que era loco. Y si mi mamá me pedía algo de la tienda, todo lo queria hacer en patines.
Joel: Muy bien, muy bien, ¿sabías andar en patines? ¿Te gustaba andar en patines, Milton?
Milton: Sí, al inicio no sabía, Joel, yo aprendí a andar en patines después de muchas caídas aquí en la casa.
Joel: Muy bien, Milton, gracias. Milton, tú sabes que en Latinoamérica somos muy supersticiosos en nuestros países, tenemos muchas supersticiones, y nos encantan las historias de fantasmas y cosas sobrenaturales. De niño, bueno tal vez ahora de adulto también, pero de niño, ¿a ti te gustaba escuchar historias de espantos, historias de miedo y después no podías dormir?
Milton: Sí, me gustaba mucho, aunque me daba miedo. Me gustaba mucho escuchar las de mis amigos. Todos mis amigos tenían una historia diferente para contar, y cada una era peor que la otra. Cada vez me daba más miedo, pero aún así yo continuaba ahí escuchando esas historias y en la noche me imaginaba que esas personas de las historias iban a venir a mi casa.
Joel: Muy bien Milton, muy bien. Por cierto, para ustedes queridos escuchas, Milton tiene un podcast también y tiene su podcast también en su canal de YouTube, y en su podcast tiene un episodio de "La Llorona", que es un personaje de miedo. Es una leyenda muy común que conocemos los mexicanos y ahora se que la conocen los salvadoreños y creo que tienes otra, ¿no? ¿Tienes dos, tres historias?
Milton: Sí, Joel, en el podcast, pueden encontrar una temporada dedicada a 4 leyendas de El Salvador que son muy populares y tienen que ver con un poco de terror y el miedo… una tal vez un poco más espantosa que la otra.
Joel: Muy bien, muy bien, yo las voy a escuchar, Milton, y también para no poder dormir en la noche.
Milton: Entonces tendrás que tomar algo para dormir.
Joel: Sí, pero en México, La Llorona, conocemos a "La Llorona". Y si quieren saber de qué se trata, les recomiendo escuchar el podcast de Milton, y también podrán encontrar el vínculo hacia su podcast en las notas de este episodio y en la página web con el contenido suplemental de nuestra conversación. Muy bien, Milton, gracias por compartir tus miedos.
Milton: Un poquito.
Joel: Nos encantan estas historias en México, imagino que en El Salvador también. ¿Tú tenías alguna comida que te gustaba mucho? ¿Había alguna comida que te gustaba, que te encantaba y que tu mamá o tu abuelita te preparaban porque sabían que te gustaba mucho?
Milton: Sí, Joel. Puedo pensar en dos comidas que me encantaban y me continúan encantando. Una de ellas la preparaba mi abuelita, ella hacía una comida que se llama conserva, es un dulce hecho de coco. Ella rayaba el coco y luego agregaba otros ingredientes y lo dejaba en forma de cuadro y me fascinaba. De verdad, yo podía comer muchos de esos dulces. Y mi mamá, ella preparaba para las fiestas de la Pascua en Semana Santa una comida que se llama torreja. La torreja ella la preparaba con un pan, le agregaba una cobertura hecha de huevo y luego dulce de panela. Y esta creación quedaba deliciosa, de verdad era algo para chuparse los dedos.
Joel: Muy bien, era una comida dulce, ¿no? Que te gustaba mucho.
Milton: Sí, mucho.
Joel: Muy bien, muy bien. Yo recuerdo que también una de mis tías preparaba un espagueti que tenía una crema, era una salsa cremosa y agregaba salchicha, jamón y queso. Creo que era queso fresco, pero no recuerdo muy bien. Y me gustaba mucho ese plato. ¿Cómo era un día típico, un día normal, en tu infancia? ¿A qué hora te levantabas? ¿A qué hora desayunabas? ¿A qué hora te dormías? ¿Qué hacías en un día normal entre semana? ¿Te acuerdas, Milton? Cuando tenias 8, 9, 10 años.
Milton: Sí, Joel, me acuerdo bastante bien. Un día típico en mi vida era… pienso que muy tranquilo, bastante normal. Mi día comenzaba a las 6:00 de la mañana, luego tomaba la ducha, me cambiaba, desayunaba, iba para la escuela a las 7:00 de la mañana. Me tomaba entre 5 o 10 minutos llegar a la escuela. Y regresaba a la casa a las 12:30, almorzaba, hacía mis tareas, veía la televisión, mi padre regresaba del trabajo, cenábamos juntos, y a eso de las 8 o 9 de la noche yo ya estaba en cama para, pues, dormir.
Joel: Muy bien, muy bien. Bueno, Milton, llegamos casi al final de la conversación. ¿Había alguna cosa de tu infancia que no te gustaba hacer pero que tenías que hacer como lavar los trastes?
Milton: Sí, había una cosa, una cosa en particular que no me gustaba hacer, lavar mi ropa. Esa era una de mis tareas, pero ni modo tenía que hacerlo.
Joel: Muy bien, muy bien. Milton, ¿hay algo más sobre tu infancia que recuerdas con mucho cariño, con mucho anhelo y que te gustaría compartir con nosotros?
Milton: Sí, sabes, mi familia nunca fue una familia que tuviera muchas posibilidades económicas para comprar muchos juguetes. Y en una ocasión, que tenía que ir a la clínica con mi madre, había un niño ahí jugando, y se notaba que el niño venía de una familia, pues, de dinero, podemos decir, y él tenía dos carros de colección, hermosos esos carros, y yo me acerqué al chico y él, muy amable, me dijo: "¿Quieres jugar conmigo?". Yo sí, sí, sí. Comenzamos a jugar, y de repente, bueno, yo quizás fui un poco abusivo y dije: "¿Me regalas un carro?". La mamá vio al chico, y é vio a su madre y no sé, quizás ellos pensaron en darme el carro. El niño preguntó: "¿Puedo dar el carro a él?". Y él me dio el carro, y el carro aún está en la habitación de mi madre, u carro de colección café, muy bonito. Y eso lo recuerdo con mucho cariño.
Joel: Es una anécdota fabulosa, Milton. Sí, sí, es una de esas anécdotas que te queda para toda la vida. Y me alegro mucho que tengas una anécdota así en tu experiencia de vida. Milton, pues, que te puedo decir, muchas gracias por participar una vez más en el podcast, muchas gracias por compartir cosas sobre ti cuando eras niño con el propósito de dar oportunidad a nuestros escuchas de oír, de escuchar cómo hablamos en el pasado y tener la experiencia de, también conocerte un poquito y para ustedes queridos escuchas, si quieren conocer a Milton, Milton da lecciones de español en Italki y en otras plataformas, pero voy a colocar su vínculo hacia su perfil en las notas del episodio si les gustaría tomar una lección con Milton. Milton es uno de los maestros populares en Italki, tiene muy buena reputación, pueden buscarlo en las notas del episodio, en su vínculo si les gustaría tomar una lección de conversación o para aprender sobre el español. Pues Milton muchísimas gracias. Te mando un fuerte abrazo hasta El Salvador y espero que podamos conversar una vez más en un futuro no muy lejano, Milton.
Milton: Muchas gracias a ti Joel por tenerme acá de nuevo. Para mí es un placer enorme participar en tu podcast y ayudar a nuestros escuchas a mejorar con cada día su español y espero vernos de nuevo. Igual, te mando un gran abrazo hasta donde tú estás.
Joel: Sí, sí, hasta California, hasta los Estados Unidos. Un largo viaje, pero ahí puedo ver que ahí viene ya el abrazo, casi llega.
Milton: Muy bien.
Joel: Pues Milton, muchas gracias y nos vemos pronto.
Milton: Hasta la próxima Joel.