Conversations in Spanish & Other Languages

NOTE:

This episode was transcribed by a native speaker and revised by a another native speaker, but I didn’t have time to revise it myself. I am confident that it is very accurate, but I apologize if you see a mistake. We do the best we can to be as accurate as possible. Thank you!

Joel Zárate.

Ep 182: La niñez de Alba parte 1-2, con Alba y Joel (Intermediate Level)

Note: When you see 3 asteriks (***), it means that it wasn’t clear to understand what our guest said due to the internet connection.

Joel: Alba, ¿qué tal? ¿Cómo estás? Qué gusto compartir una nueva conversación contigo, en esta ocasión con un enfoque en el pasado, y así nuestros estudiantes, nuestros queridos escuchas, pueden escucharnos hablar en el pasado. Alba, bienvenida, qué gustazo verte y no puedo esperar para comenzar esta conversación contigo. Alba, bienvenida a tu podcast, a tu casa, a esta oportunidad de hablar.

Alba: Muy buenas, Joel. Pues, como siempre, como tú dices, me siento en casa, una vez más, un día más aquí, y bueno, pues tenía muchas ganas también de hacer esta conversación, porque creo que siempre he compartido información sobre mí misma en el presente o en el pasado también, de vez en cuando, pero nunca he hablado específicamente de mi infancia, ¿no? Entonces vamos a explorar un poquito ahí ese pretérito imperfecto y vamos a hablar de mi pasado oscuro. No, no, no en absoluto.

Joel: No, no, estoy seguro que fue un pasado divertido también.

Alba: Sí, sí, lo vais a descubrir también.

Joel: Muy bien, muy bien. Yo tengo muchas ganas de escucharte hablar sobre tu niñez. Y para ustedes, queridos estudiantes, queridos escuchas, esta es una conversación de gramática en contexto, y el objetivo es que ustedes puedan escuchar cómo hablamos en el imperfecto, en el pretérito, cómo usamos el pasado en una conversación, y así ustedes puedan tener perspectiva desde una conversación gramatical y del español en contexto. Alba, pues vamos a comenzar esta conversación. Estoy seguro que será fantástica y también nuestros escuchas que te siguen en las conversaciones de nivel avanzado podrán también conocerte un poquito más. Y recuerden, queridos escuchas, que Alba da lecciones de español. Si quieren tomar alguna lección, pueden contactarla. Algunas veces Alba está muy ocupada, tiene muchos estudiantes, pero si tienen la oportunidad de tomar una lección con Alba, no desaprovechen la oportunidad. Estoy seguro que tendrán una experiencia fantástica y ustedes ya conocen a Alba y no pueden esperar menos.

Alba: Muchas gracias.

Joel: No, de nada, gracias a ti, Alba. Muy bien, entonces vamos a comenzar y tengo varias preguntas para nuestra conversación; y primero, Alba, ¿cuándo eras niña, eras activa, eras sociable, eras amigable, eras extrovertida, eras tímida, eras penosa? ¿Cómo eras de niña, Alba?

Alba: Pues a ver, cuando era niña... a ver, es que tengo que poner en contexto, ¿no? Yo tengo dos hermanos, y mis dos hermanos son menores porque son mellizos y son 6 años menores que yo. Entonces, de la etapa desde mi nacimiento hasta los 6 años fui una niña muy independiente, extrovertida también, que siempre estaba en familia, que le gustaba hacer cosas de forma independiente. Mi madre dice que yo podía sentarme en una mesa y hacer un puzzle o colorear durante horas, que no tenían que preocuparse por dónde estaba y qué cosas se estaban haciendo mal, ¿no? Siempre estaba muy tranquila. Y cuando nacieron mis hermanos, cuando yo tenía 6 años, pues continué siendo independiente porque mis dos hermanos requerían mucha atención y mi madre además necesitaba mi ayuda también en pequeñas cosas. Entonces fui creciendo también así, un poquito más independiente.

Joel: Los mexicanos tenemos una palabra, creo que en España no se usa tanto, amiguera. ¿Eras amiguera?

Alba: No, es la primera vez que lo escucho. Amigable, extrovertida, ¿no? Sí, sí. Amiguera, sí, sí, tenía amigas, y la verdad que pasaba mucho tiempo en sus casas y ellas en las mías. Y específicamente tenía una mejor amiga, y bueno, es que teníamos un día fijo para que yo comer en su casa y otro día para ella comer en mi casa. Entonces, sí que era extrovertida, en general.

Joel: Ah, muy bien, muy bien. ¿Tenías muchas amigas con quiénes jugabas o con quiénes pasabas tiempo en tu casa o en la casa de ellas?

Alba: Sí, sí tenía. Tenía… bueno, sobre todo una, que éramos muy, muy, muy amigas. Pero después el círculo se fue expandiendo un poquito y sí que entraron más amigas. Y sí, sí que nos juntábamos de vez en cuando las tardes para jugar, siempre y cuando los padres nos dejaran estar juntas. Pero sí, sí que consideraba que tenía muchas amigas.

Joel: Muy bien, muy bien, no lo podía imaginar de otra manera, Alba. Muy bien, muy bien.

Alba: Gracias.

Joel: Alba, ¿tu vivías con tus papás, en la casa de tus abuelos, o tus papás tenían su propia casa? Tengo esta pregunta para ti porque en México muchas veces es muy común vivir en la casa de los abuelos. Entonces, por ejemplo, yo cuando mi madre y mi padre estaban juntos, vivíamos en la casa de mis abuelos por parte de mi padre. Después mi madre y mi padre se separaron, y mi padre se fue a los Estados Unidos, y mi madre y yo nos fuimos a vivir a la casa de mis abuelos por parte de mi madre. Entonces pasé mi vida desde niño en la casa de mis abuelos, en la casa de mis padres y también en la casa de mis tíos. Pero, ¿es algo muy común en España? Bueno, ya mencionarás tu caso personal, y también si en general es algo común también.

Alba: Sí, pues sí que es verdad que es común vivir en casa de los abuelos. Yo creo que más para generaciones como mis padres. También, en el caso de mis generaciones, creo que un poquito menos, que ya somos… intentamos ser un poco más independientes en ese sentido. Pero me alegra mucho que me hagas esta pregunta porque tengo una situación bastante especial. A ver, ¿cómo lo explico? Yo vivo... es decir, la casa de mis padres está en el mismo terreno, en el mismo espacio, que la casa de mis abuelos y la casa de mis tíos. Entonces convivíamos juntos 10 personas porque mis dos abuelos, mis tíos, es decir, mi tío y mi tía, que son pareja, mi primo y nosotros cinco, mis padres, mis dos hermanos y yo. Entonces éramos 10 en total en el mismo terreno, en casas independientes, pero en el mismo territorio, en el mismo terreno. Y además, nos unen pues zonas comunes, como una piscina o una barbacoa que tenemos allí para todos y nos unen esas zonas. Entonces, para mí, cuando yo me refiero a mi familia, siempre pienso en los 10. No, nunca pienso en mis padres en solitario; pienso siempre en conjunto, en toda la familia.

Joel: Muy bien, muy bien, qué interesante. Mi abuelo, por parte de mi madre, tenía una casa con un terreno grande y también era una casa grande. Mi abuelo no era rico, pero él construyó la casa, y construyó una casa grande que tenía, creo, 5 o 6 cuartos, 5 o 6 habitaciones. Y tenía un terreno grande, y también era una familia grande. Eran 11 hermanos por parte de mi madre, 3 hermanos y 8 hermanas. Entonces, sí, sí, cuando había una reunión había mucha familia. Y creo que tenía tres tías que vivían en la casa de mi abuelo, y también mi madre y yo vivíamos en la casa de mi abuela. Entonces tengo este concepto. Y además, mis amigos, mis vecinos también generalmente, el abuelo tenía sus hijos y sus nietos en la misma casa. Entonces es algo claro que pasaba muy común; y tenía curiosidad de saber cuál era tu experiencia personal, y también la experiencia personal en España, porque en España también es más común compartir una casa con tus padres para no gastar.

Alba: Sí, exactamente. Yo creo que lo más común también, además de compartir la casa en el interior, es hacer una casa encima de tus padres, ¿no? Mis padres, o la generación de mis padres, hay muchos padres de mis amigos que tienen la casa encima de sus padres o debajo, ¿no? Dependiendo de cómo se pueda establecer el espacio. Pero sí, es lo más común, y siempre tener los abuelos y los padres cerca.

Joel: Muy bien. Ahora, ¿en qué parte de España vivías? ¿Vivías en la ciudad, vivías en un pueblo, vivías en el campo o vivías en las afueras de la ciudad?

Alba: Pues yo vivía, y mis padres siguen viviendo allí, mi familia también sigue viviendo allí, en un pueblo, pero que no es considerado como pueblo porque, a pesar de ser una zona que tiene pocos habitantes, que tiene como 5 mil habitantes o 6 mil habitantes, está muy, muy cerca de la ciudad, y se considera como una extensión de la ciudad. Entonces podríamos decir que es como una pedanía más que como un pueblo, porque en 10 minutos en coche estás en el centro de Murcia. Entonces sí, se considera… la etiqueta oficial es pueblo, pero realmente es como una pedanía, es una extensión de la ciudad.

Joel: Muy bien, Alba, ¿Tú ibas a una primaria cerca de tu casa?

Alba: Sí, teníamos el colegio a, pues, yo diría que 10 minutos caminando. Y lo que hacíamos era juntarnos todos los vecinos de la calle para irnos juntos a la escuela por la mañana. Entonces, sí, la tenía muy cerquita de casa.

Joel: Ah, muy bien, cómo decimos los mexicanos, iban en bola, iban en bola.

Alba: En bola.

Joel: Cuando…

Alba: Exacto.

Joel: Sí, cuando vas en grupo es muy común decir en México también ir en bola, vamos en bola.

Alba: En bola. Es que era la única forma de que los padres nos dejaran ir solos caminando al colegio. A pesar de que estaba muy cerca, pues los padres decían, bueno, si vais con otros vecinos y los vecinos son a veces 1 año o 2 años mayores que otros, pues bueno, se hace ese grupillo bueno, y se puede ir solos caminando.

Joel: ¿Cuántos años tenías cuando caminabas para irte a la primaria? ¿Tenías unos 6 años, 7 años?

Alba: No, no, no, tan pequeña, no. Tan pequeña mi madre no me dejaba. Mi madre me llevaba al colegio hasta los… yo diría 10, sí, más o menos a los 10 años empecé a irme sola al colegio.

Joel: Entonces, tu mamá te llevaba al colegio, a la primaria. ¿Ella caminaba contigo o tenía un coche, te llevaba en el coche rápido y después, no sé si iba?

Alba: Sí, yo recuerdo que era en el coche. No sé si ella llegó a llevarme en moto en alguna ocasión. Ella tenía una Vespino.

Joel: ¿En moto? Muy bien.

Alba: O sea que imagínate la imagen, pero creo que no recuerdo… En moto no sé si me llevaría al colegio, la verdad. Tendría que preguntárselo. En coche, yo diría que fue en coche, sí.

Joel: Muy bien, muy bien, muy bien. Cuando yo tenía, cuando yo tenía 6, no, no, 7 a 10 años, para ir a la escuela primaria caminaba con uno de mis primos hacia la escuela. Yo tenía 7 años y creo que él tenía 10, creo que me lleva 10, creo que me lleva 3 años. Entonces, caminamos para la primaria. Mi abuela nos daba nuestra leche con café, el pan, y a correr a la escuela.

Alba: A correr. A correr literalmente.

Joel: Muy bien, muy bien Hola, que interesante, muy bien. Y Alba, ¿a ti te gustaba ir a la primaria? ¿Tienes algunas anécdotas que recuerdas de la primaria?

Alba: Pues mira, a mí me encantaba personalmente el colegio. Me gustaba muchísimo. Recuerdo que mi madre, los primeros días de escuela, estaba como muy triste porque yo creo que es algo general que todas las madres están muy tristes los primeros días de llevar a los niños a la escuela; y tenía un poquito de miedo de que la llamaran diciéndole: "Ah, pues Alba no para de llorar o quiere que vengas a por ella", o cualquier cosa así. Pero todo lo contrario, o sea, yo salía del colegio llorando porque no quería irme del colegio. Y las profesoras tenían que darme con un palo de decirme: "Venga a tu casa, ya, hombre, niña", pero qué va, yo, vamos, me encantaba estar en el colegio, me encantaba aprender. Me gustaba estar allí, es que me sentía muy cómoda.

Joel: ¿Y qué hacías durante el recreo o cuando salías de la escuela? ¿Te juntabas con tus amigas o tenías que irte para la casa de tu mamá? Sabía que Alba, si salía a las, o sea, a las 3, a las 4, Alba, tenías que venirte a tu casa.

Alba: Claro, claro. Bueno, depende, porque cuando empecé a ir a la escuela primaria, el horario era diferente. Nosotros hacíamos horario partido, entonces entrábamos a las 9, descansábamos de 1 a 3 o a 3:30, si no recuerdo mal, y volvíamos al colegio a las 3:30 hasta las 5. Esos fueron los primeros años, entonces hacíamos un parón de 2 horas o 2:30 para comer en casa y después volvíamos a la escuela y salíamos a las 5 de la tarde. Entonces, cuando eso ocurría, yo era muy pequeña, no, mi madre no me dejaba quedarme en la calle porque tendría como 5, 6, 7 años, como mucho, 8, como máximo. Y después cambiaron el horario y hacíamos horario continuo de 9 a 2. Entonces, a las dos, venían los padres a por nosotros y nos llevaban directamente a comer. Entonces no había posibilidad de quedarte con tus amigos más tiempo. Simplemente, cuando volvía caminando a casa, había días que llegaba muy tarde a comer y mi madre me decía: "¿Pero dónde estabas?". Y decía: "Pues nada, que me he quedado hablando con mis amigas". Nos quedábamos en una esquina y le dábamos a la sin hueso, pero como si no hubiera un mañana. O sea, todo el día, tiki tiki tiki tiki tiki. Y estábamos todo el día juntas en la escuela, pero mi madre me decía: "¿Pero qué tenéis que contar si estáis todo el día juntas?". Digo: "Pues yo qué sé, pues otras cosas, ¿no?"

Joel: Muy bien, muy bien. En el futuro, queridos oyentes, vamos a tener también una conversación de cuando era adolescente y será súper interesante porque yo también tengo algunas anécdotas que compartir sobre cuando era adolescente, pero…

Alba: Eso va a ser interesante

Joel: Será en el futuro. Por ahora, vamos a concentrarnos en cuando éramos niños.

Alba: Eso es.

Joel: Muy Bien, muy bien, muy bien. ¿Ibas a la misma escuela todo el tiempo Alba o fuiste a diferentes colegios o primarias? Por cierto, veo que dices con mucha frecuencia "el colegio".

Alba: Sí.

Joel: Y imagino que tal vez para ti es más común decir "el colegio" en vez de "la primaria".

Alba: Exactamente, aunque consideramos que es la escuela primaria o enseñanza primaria. Pero sí que decimos "colegio". Luego decimos "el instituto" para escuela secundaria.

Joel: Y no usas "el colegio" en España para referirte a la universidad o estudios superiores, ¿verdad?

Alba: No, no, siempre "universidad", sí.

Joel: Muy bien, muy bien. Porque…

Alba: O escuela de cualquier cosa.

Joel: El español que escuchas aquí en Estados Unidos o en la radio, aunque son estaciones en español, muchos locutores cometen el error de hablar de la universidad como el colegio, ve a estudiar al colegio. Y yo pienso: ¿A la primaria, tal vez para clases de inglés en la noche o algo así?

Alba: Algo así.

Joel: No, pero yo sé que es un spanglish, que no lo dicen bien.

Alba: Sí, sí, sí.

Joel: Pero…

Alba: Claro.

Joel: Sí, sí. Para también reafirmar para nuestros escuchas que viven en Estados Unidos o tal vez en Inglaterra o en algún otro país angloparlante y escuchan "colegio", "colegio" no es college o community college". Es elementary school, es la primaria.

Alba: Exactamente, sí.

Joel: Muy bien, muy bien. Entonces, muy bien, continúa, Alba. Decías sobre estudiar en la misma...

Alba: Sí, exactamente. No, no cambié, estudié… siempre en la misma escuela primaria y después pasé a la escuela secundaria del mismo pueblo. Entonces no, no hice ningún cambio.

Joel: Muy bien. Sabes, yo fui a cuatro escuelas primarias diferentes.

Alba: ¿Qué te expulsaban, Joel? ¿Qué pasa? ¿Fue mal comportamiento.

Joel: Yo era muy travieso, sí, sí, no, no.

Alba: Mucho café por la mañana. Este niño toma demasiado café.

Joel: Es curioso porque realmente no estoy seguro de la razón por la cual mi madre me llevó a otra primaria. Había una primaria que estaba tal vez, no sé, a 3 o 4 millas de distancia. Era la primaria hacia donde caminábamos. Y cuatro millas, ¿cuánto es cuatro millas? Como 6 km, tal vez 6, 7 km.

Alba: Mas o menos, sí.

Joel: Y después mi madre me llevó a otra primaria. Creo que estuve ahí 1 año, pero esta era una primaria que se catalogaba como asistencial. Esta primaria tenía un horario más extenso. Comenzaban las clases a las 8 de la mañana y salía a las 5 o a las 6 de la tarde. Y podías desayunar y podías comer en esta primaria. Creo que fui ahí por 1 año, y uno de mis tíos me iba a recoger porque necesitaba tomar un autobús urbano para llegar a esta primaria. Y creo que mi madre me llevaba en la mañana y después uno de mis tíos, que era joven, él tenía tal vez 18, 19 o 20 años. Y a mi tío le gustaban los animales exóticos, tenía dos tarántulas, y iba a la escuela primaria para recogerme y llevaba a sus dos tarántulas, una en cada hombro. Y cuando subía al autobús para recogerme, todas las personas hacían espacio y se alejaban. Entonces cuando llegábamos a la casa, ponía las tarántulas en su contenedor o en su casa que tenía y me decía: "¿Ves cómo es fácil hacer espacio en el camión?". Porque el camión siempre estaba lleno y parecíamos sardinas todos.

Alba: Claro, claro, imagino.

Joel: Y siempre, siempre las personas se hacían a un lado.

Alba: Pues ahora entendemos la razón por la que te expulsaron de la segunda escuela. Esta es la razón principal.

Joel: Es posible, pero es una anécdota mía muy curiosa que recuerdo mucho. Muy bien, y Alba, cuando tú tenías 5 o 6 años, ¿quién te cuidaba si tu mamá o tu papá estaban trabajando?

Alba: Pues, como te digo que vivíamos con mis abuelos también, pues claro, mis padres trabajaban los dos. Aunque con 5 o 6 años, bueno, con 6 años ya nacieron mis hermanos, entonces mi madre no trabajó durante unos años. Pero sí, si no estaba mi madre, pues siempre estaba por las tardes con mi abuela. Entonces, una anécdota que tengo aquí es que mi madre y yo comíamos en mi casa a una hora, pues cuando salía de la escuela. Y por la tarde ella me dejaba en casa de mi abuela para irse a trabajar. Mis abuelos comían más tarde, siempre han comido sobre las 3 o 3:30, y yo en casa sobre las 2. Y entonces mi abuela siempre me decía: "¿Tú quieres comer otra vez?" y siempre así: "Sí, claro, claro que quiero comer". Y mi madre se enfadaba tantísimo porque decía: "No le deis más comida a la niña que ya ha comido". Y entonces, bueno, me puse enorme. Realmente, cuando era niña estaba enorme de todo lo que comía en todas las casas que podía, sí, sí.

Joel: Qué curioso, qué curioso. En mi caso era mi tío y mi padre quienes me daban dulces, chocolates, y mi madre siempre se enojaba: "No le den tantos chocolates al niño, se le van a picar los dientes". Mi madre protegía mi integridad física porque…

Alba: Alguien tenía que hacerlo.

Joel: Sí, sí, chocolates, dulces, caramelos...

Alba: Madre mía.

Joel: Papitas, como decimos en México, que son las frituras o las patatas. Creo que en México, para hablar de las papas fritas, dicen más las patatas, ¿no?

Alba: Exactamente, las patatas fritas de bolsa, ¿no? Las de bolsa.

Joel: Exactamente. Mi padre me compraba siempre todo esto, y mi madre le decía: "No le compres tantos dulces al niño, que van a tener los dientes picados". Y…

Alba: Sí, sí, con el azúcar.

Joel: Sí, sí, sí y mi madre protegía mi salud. Bien, bien. Alba, ¿tú tenías quehaceres? Creo que en España no es muy común decir "quehaceres", ¿verdad?, para limpiar la casa.

Alba: No, tareas.

Joel: Tareas, muy bien, muy bien, ¿tenías quehaceres, tenías tareas que tus papás te asignaban? Y es que esto me suena poco curioso porque si yo digo "tareas que mis papás me asignaban", inmediatamente piensan en hacer homework, estar escribiendo.

Alba: Claro, deberes.

Joel: Sí, sí, quehaceres, tareas, pues sí, creo que ahora también se acepta más "tareas". Pero, ¿barrías el suelo, trapeabas, lavabas los platos, limpiabas tu cuarto, guardabas tus cosas? ¿Cuáles eran tus responsabilidades de la casa?

Alba: Pues bueno, teniendo dos hermanos en casa menores que yo, 6 años, pues imagínate, ¿no? Me tocaba todo a mí. Y no recuerdo si barría el suelo. Mi habitación seguro, estoy segura de que limpiaba el polvo de mi habitación, hacía la cama por supuesto todos los días, recogía el desayuno, ponía la mesa, quitaba la mesa, eso sí, pero barrer y fregar el suelo y lavar los platos quizá ya más de adolescente, no tanto de niña. Sí, pero también ayudar con mis hermanos, observarlos, vigilarlos, jugar con ellos, etcétera, etcétera. Claro.

Joel: Muy bien, muy bien. Sí, yo también tenía mis tareas, mis responsabilidades en la casa. Mi abuela nos asignaba a los diferentes nietos, "A ti te toca barrer el patio". Y entonces a mí me tocaba barrer el patio o me tocaba… ¿Qué me tocaba hacer? Hace mucho que no pensaba en lo que hacía yo, pero yo también tenía mis deberes en la casa. Y también… ah, yo también iba al mercado para comprar las tortillas. Mi abuela me mandaba al mercado para comprar verduras o compraba las tortillas en la tortillería. O sí, sí, si necesitábamos huevos, me mandaba a la tiendita de la esquina. Porque en México es muy común ver tienditas pequeñas, que son tienditas de personas que viven en el vecindario. Entonces las personas tienen sus propios negocios y hay siempre una tiendita muy cerca. Entonces compras un huevo o dos huevos si te hicieron falta para cocinar. Entonces mi abuela me mandaba a comprar la comida.

Alba: Claro, yo también recuerdo que me mandaban a por el pan, sobre todo. Corre a la panadería, domingos o cualquier cosa así. "Corre a la panadería, compra un pan o compra dos colines o tres colines", o cualquier cosa así. Sí, a la panadería, sobre todo.

Joel: Muy bien, muy bien. En México bromeamos mucho con la idea de "ir al pan". Porque bromeamos con la idea de que cuando dices: "Voy a ir por el pan", no que vas a ir por el pan, vas a ir a ver a la novia. Porque sabes que la novia va por el pan y vas al pan solamente para…

Alba: Solamente para verla.

Joel: Exactamente.

Alba: Claro.

Joel: No sé si en España usan la misma broma, pero es muy común decir: "Voy por el pan", o "Vas por la novia".

Alba: No, no, nunca lo había escuchado, la verdad, no, no.

Joel: Muy bien, muy bien. Alba, ¿tus papás te daban algún incentivo, algún premio cuando terminabas tus quehaceres de la casa, cuando terminabas tus tareas de la casa? Por ejemplo, ¿te daban más tiempo para ver la televisión, te compraban algún juguete, te compraban alguna muñeca, algún dulce o te daban dinero para gastar?

Thank you for listening and reading!