Conversations in Spanish & Other Languages
NOTE:
This episode was transcribed by a native speaker and revised by a another native speaker, but I didn’t have time to revise it myself. I am confident that it is very accurate, but I apologize if you see a mistake. We do the best we can to be as accurate as possible. Thank you!
Joel Zárate.
Ep 184: La niñez de Abraham, con Abraham y Joel
(Intermediate Level)
Note: When you see 3 asteriks (***), it means that it wasn’t clear to understand what our guest said due to the internet connection.
Joel: Abraham, bienvenido al podcast. Bienvenido a tu podcast también, que eres conductor, eres también una voz del podcast, y me da mucho gusto compartir esta conversación contigo, tener esta conversación contigo y también enfocarnos un poco en el pasado, conocerte también un poco cuando eras niño y así ayudar a nuestros queridos estudiantes, a nuestros queridos escuchas, a que aprecien, a que escuchen cómo hablamos en el pasado. Bienvenido, Abraham. Muchas gracias.
Abraham: Hola, Joel, muchas gracias por invitarme. Estoy muy contento de participar de nuevo en el podcast y muy feliz de poder compartir con ustedes un poquito sobre mi pasado. Será una conversación muy interesante para comparar cómo se vivía el pasado de los niños hace un par de décadas.
Joel: Me encanta la conversación, Abraham. También podré saber un poquito de cómo eras de niño y también saber un poquito de la vida de un niño y hablar en el pasado para ayudar a nuestros queridos escuchas. Y para ustedes, queridos escuchas, si quieren conocer a Abraham, Abraham da lecciones de español y pueden tomar una lección en la plataforma de Italki. Y voy a colocar su perfil, el vínculo hacia su perfil, en las notas del episodio y también en la página con el contenido adicional de la conversación. Recuerden que en la página adicional pueden ver las preguntas de la conversación para ayudarles a prepararse. Bien, Abraham, ¿estás listo para comenzar la conversación?
Abraham: Sí, Joel, listísimo.
Joel: ¡Excelente, excelente! Siempre estás listísimo, Abraham, y bien preparado. Vamos allá. Abraham, cuando eras niño, ¿eras activo, eras tranquilo, eras calmado, eras travieso, eras amigable, eras extrovertido, eras tímido, eras penoso? ¿Cómo eras tú de niño, Abraham?
Abraham: Cuando era niño era muy travieso, era muy extrovertido. Recuerdo que cuando era niño solía esconder cosas de la casa. Escondía utensilios de cocina, escondía piezas de decoración, escondía el maquillaje de mi mamá. Era un niño muy travieso y muy extrovertido.
Joel: Muy bien, muy bien. Es curioso porque yo también era un poco travieso, y yo también escondía, pero no escondía cosas, yo me escondía. Yo me escondía detrás de un ropero o detrás de… no sé, detrás de la cama, y estaba ahí escondido. Estaba solamente escondido, y mi pobre madre me buscaba por toda la casa, y me hablaba y yo no salía, yo estaba escondido solamente. Y era un poco travieso con mi madre. Muy bien, ¿y tenías muchos amigos de niño, Abraham?
Abraham: Sí, cuando era niño tenía muchos amigos de la colonia, de la calle. Y era común que, cuando era niño, mis amigos tocaban en la ventana pidiéndole a mi madre que me dejara salir, y normalmente mi madre solo me dejaba salir con mis amigos cuando terminaba mis deberes del hogar. Si tenía que limpiar algo, si tenía que hacer alguna tarea, hasta que terminaba mis actividades podía salir con mis amigos a jugar en la calle.
Joel: Abraham, ¿tú eras un niño estudioso o te costaba estudiar, te costaba hacer tus tareas? ¿Eras un niño aplicado, eras un niño estudioso?
Abraham: Yo era un niño aplicado a la fuerza. Recuerdo que mi mamá siempre me obligaba, de cierta manera, a hacer mi tarea. Yo no quería, pero al final siempre terminaba por ser aplicado, gracias a mi madre.
Joel: Sabes, Abraham, de niño yo tampoco era muy estudioso. Yo no era estudioso y no era muy aplicado, pero me gustaba participar. Entonces, cuando el maestro hacía una pregunta en la clase, yo participaba, y todos tenían la impresión que yo era estudioso porque yo siempre contestaba a las preguntas del maestro, pero yo no era tampoco era muy estudioso. Y Abraham, ¿tú vivías con tus papás en la casa de tus abuelos o tus papás tenían su propia casa? Te pregunto esto porque sabes que en México muchas veces los abuelos, los padres, los hijos viven en una casa. Yo, cuando era niño, vivía con mi madre en la casa de mis abuelos. Mi padre emigró a los Estados Unidos, se fue a los Estados Unidos, y mi madre y yo vivíamos... yo tenía tal vez 5, 6 años, no recuerdo, pero vivíamos en la casa de mis abuelos. Y había otras tías que vivían ahí con mis primos, entonces era una familia grande. Para ti, ¿cómo era? ¿Tus papás vivían en la casa de tus abuelos o tus papás tenían su propia casa?
Abraham: Mis papás vivían en la casa de mis abuelos durante muy poco tiempo, cuando yo estaba en la panza de mi mamá. Y tengo el recuerdo de dos casas en las que yo viví. La primera casa fue desde que nací hasta que tenía 4, 5 años. Era una casa pequeña y tengo pocas memorias, pocos recuerdos de esta casa. Y después nos mudamos a la casa donde viví la mayor parte de mi vida. Es una casa en la que tengo muchos recuerdos, muchas memorias, y donde todos los niños de la calle salíamos a jugar juntos.
Joel: Muy bien, muy bien. Quiero indicar algo interesante, usas la palabra "memorias", ¿verdad?, para referirte también a recuerdos. Y es curioso que cuando yo vivía en México no escuchaba tan frecuentemente "memorias". Pero, ¿dirías que usamos "memorias" hoy en día para hablar sobre your memories, los recuerdos?
Abraham: Yo diría que sí, utilizamos la palabra "memorias", "recuerdos", pero recuerdos es mas utilizada, es mas común escuchar la palabra "recuerdos".
Joel: Días Muy bien, muy bien, muchas gracias, Abraham. Abraham, ¿en qué parte de México vivías? ¿Vivías en la ciudad, vivías en un pueblo, vivías en el campo o vivías en las afueras de la ciudad?
Abraham: Cuando era niño vivía a las afueras de la ciudad, vivía muy cerca del Periférico. El Periférico es la entrada a la zona metropolitana de Guadalajara, así que viví en una gran ciudad. Era común para mí visitar el centro con mi madre para hacer el mandado. Cuando era niño hacía el mandado con mi madre en el centro de Guadalajara.
Joel: Muy bien, "hacer el mandado" es una buena expresión que usamos, que significa ir a comprar las cosas o ir a comprar las cosas que necesitamos, la comida o cualquier responsabilidad que tengamos, hacer un mandado. Abraham, ¿ibas a una primaria cerca de tu casa? ¿La primaria a la que tú ibas estaba cerca de tu casa?
Abraham: Sí, la primaria a la que yo iba estaba justo detrás de mi casa. Eran dos cuadras, una cuadra y media para llegar. Y recuerdo que todos los días mi madre me levantaba y levantaba a mis hermanos, y los tres íbamos juntos a la escuela. Para nosotros había dos temporadas al año: cuando íbamos a la escuela y era de noche, y cuando íbamos a la escuela y era de día, porque con el cambio de horario a veces entrábamos a la escuela y estaba oscuro, y en el horario de verano entrábamos a la escuela y ya había salido el sol.
Joel: A ti, Abraham, ¿te gustaba ir a la primaria? ¿Tienes anécdotas que recuerdas de la primaria? Por ejemplo, yo tengo una anécdota, que nos levantábamos para desayunar, mi abuela nos daba pan dulce café con leche, más bien leche con café. Era una taza de leche con una cucharada de café instantáneo y una cucharada de azúcar, y dos piezas de pan. Entonces desayunábamos y, por alguna razón, siempre mis primos y yo nos íbamos a la escuela, a la primaria, juntos. Y siempre nos íbamos tarde, y teníamos que correr porque en la primaria colocaban una canción, creo que era la canción que se llama “La Marcha de Zacatecas”. Colocaban “La Marcha de Zacatecas”, y eso quería decir que cuando terminara la canción nadie podía entrar. Entonces escuchábamos la canción y corríamos con mucha velocidad para llegar porque sabíamos: "No vamos a llegar a la escuela, no vamos a llegar a la escuela", pero finalmente llegábamos. Pero ¿a ti te gustaba ir a la primaria? ¿Tienes algunas anécdotas que recuerdas de la primaria?
Abraham: Sí, a mí me gustaba ir a la primaria. Recuerdo que todos los días mi mamá nos daba un lonche, podía ser un sándwich de jamón, un lonche de jamón, que es el pan, el bolillo con jamón. Pero no había un solo día donde mi madre no nos diera de comer para llevar a la escuela. Y recuerdo que yo intercambiaba la comida de mi mamá con mis compañeros. Tenía una amiga a la que siempre le daban dinero para gastar y comprar el desayuno en la escuela, y yo intercambiaba con ella mi lonche, mi fruta, por algunas papitas, por algunas botanas. Y era interesante para mí poder intercambiar la comida de mi mamá por productos de la cooperativa o de la tiendita de la escuela.
Joel: Es verdad, es verdad. Había olvidado la palabra "cooperativa", que íbamos a la cooperativa para comer la comida que vendían dentro de la escuela. ¿En la primaria había cooperativa? No recuerdo, en la secundaria sí. En la secundaria recuerdo la cooperativa, en la preparatoria también, aunque creo que en la preparatoria lo llamaban más la cafetería en vez de la cooperativa. Pero era la cafetería en la preparatoria.
Abraham: Sí, exactamente. Recuerdo que en la primaria y en la secundaria íbamos a la cooperativa, la "cope" le decíamos, y ya en la preparatoria cambió de nombre a cafetería.
Joel: Muy bien, muy bien. ¿Y qué tal en la universidad? ¿También dicen la cafetería?
Abraham: Sí, también decimos la cafetería.
Joel: Muy bien, muy bien. Abraham, cuando tenías 5 o 6 años, cuando eras pequeño, cuando eras chico, ¿quién te cuidaba si tu mamá o tu papá estaban trabajando?
Abraham: Cuando era chico, mi mamá no trabajaba. Mi mamá solamente trabajaba en casa. Su trabajo era cuidarnos y siempre, siempre nos cuidaba. Nos hacía de comer. Cuando era niño, en mi casa siempre había comida y agua fresca, cena y agua fresca, lonche, yogur, frutas. Mi mamá fue una mamá que nos cuidó muchísimo y nos tenía bien atendidos, a veces en exceso.
Joel: Muy bien, muy bien. ¿Y tú tenías quehaceres, tareas que tus papás te asignaban en la casa? Por ejemplo, barrías el suelo, barrías el piso, trapeabas el piso, lavabas los trastes. Por cierto, ¿tú usas también la palabra "trastes", Abraham, para los platos? ¿tu lavabas los trastes, limpiabas tu cuarto, guardabas tus cosas? ¿Cuáles eran tus responsabilidades de la casa?
Abraham: Cuando era niño, mis responsabilidades eran muy sencillas. Prácticamente, solamente era limpiar mi cuarto, ordenar mis cosas. De vez en cuando mi mamá nos asignaba tareas como trapear, barrer, pero no era muy común. También, durante mi niñez iba a hacer deporte todos los días, no tenía mucho tiempo en casa, y el tiempo que tenía en casa lo dedicaba para estudiar o para salir con mis amigos a jugar afuera.
Joel: Abraham, ¿y a ti tus papás te daban algún incentivo, algún premio? ¿Te daban algo cuando terminabas tus quehaceres? Por ejemplo, ¿te daban más tiempo para ver la televisión, te compraban algún juguete, te compraban algún dulce o te daban dinero para gastar?
Abraham: No, cuando era niño mis papás no me daban ningún premio, ningún incentivo por hacer mis deberes. Y de hecho, recuerdo que me esforzaba mucho en la escuela para tener buenas calificaciones y poder recibir algún incentivo, algún premio, pero la respuesta de mis papás, de mi mamá sobre todo, era que es mi única responsabilidad; que si no hago bien eso, pues, ¿qué voy a hacer bien?
Joel: Muy bien, muy bien. Abraham, ¿tu familia y tú iban a visitar a familiares o parientes que vivían lejos de ustedes? ¿Tú tenías familia que vivía en otras ciudades o que vivían tal vez en las afueras de Guadalajara o en el estado de Jalisco? Guadalajara es la ciudad del Estado de Jalisco, ¿no? Entonces, ¿tenías familiares que vivían en el mismo estado o vivían en otros estados?
Abraham: Sí, tenía familiares que vivían en el mismo estado, familiares que vivían en la misma ciudad también, pero solo tengo 2 o 3 recuerdos en los que viajamos al pueblo de mi abuelita para visitar a su familia. Y recuerdo que la primera vez que visité el pueblo, que se llama La Unión de San Antonio, Jalisco, yo era un niño de 8, 9 años y todo era nuevo para mí porque no había estado en una zona rural hasta entonces. Recuerdo que en la casa de los familiares de mi abuela había gallinas, había vacas dentro de la misma casa, en el patio grande de la casa, y recuerdo que para desayunar me pedían ir con las gallinas y tomar los huevos frescos para poder cocinarlos. Fue una experiencia nueva para mí y me gustó, me gustó el ambiente del pueblo.
Joel: Abraham, ¿era un pueblito pequeño en medio de la naturaleza? Como, por ejemplo, mis abuelos, por parte de mi padre, vivían en un pueblito en el estado de Oaxaca y había, tal vez, 100 casas en este pueblo. Entonces, ellos vivían en este pueblo, y algunas veces iba con mi padre o iba con mi madre a este pueblito y yo crecí en el Estado de México, y cuando iba a este pueblito no había muchos servicios, solamente electricidad. Y cuando era de noche, estaba completamente oscuro. Entonces, era una experiencia así, era un pueblo aislado.
Abraham: Era un pueblo un poco aislado porque era un pueblo de alrededor de 3 mil habitantes. Un pueblo no tan pequeño, pero pequeño. Y afuera del pueblo no había nada, no había mucha naturaleza tampoco, había algunos cerros, algunas colinas, pero sin mucha vegetación, sin muchos animales. Y para llegar a la ciudad más cercana teníamos que manejar una hora y media. Y la ciudad era San Juan de Los Lagos, que ya tiene alrededor de cien mil habitantes, doscientos mil habitantes. Pero el pueblito no era tan austero, sí tenía luz, sí tenía todos los servicios. Y recuerdo también que me gustaba mucho la leche bronca. En las mañanas pasaba un señor en una camioneta gritando "leche, leche", y era leche fresca recién sacada de la vaca, y a mí me gustaba mucho.
Joel: Sabes, cuando yo vivía en el Estado de México, en la casa de mis abuelos por parte de mi madre, había un señor también que llegaba con una camioneta y vendía leche. Tenía unos contenedores grandes donde nos daba la leche, donde nos vendía la leche. Me hiciste recordar, sí, al lechero, el señor de la leche con la camioneta. Y era común en aquellos días. Creo que hoy en día ya no es tan común, creo que ya no hay tantos lecheros que venden leche de esta forma, pero cuando yo era niño siempre el lechero llegaba con los contenedores de leche para vender a mi abuela. Abraham, ¿tus papás te llevaban a pasear, te llevaban de viaje? ¿Y a dónde iban cuando te llevaban a pasear a ti, tal vez a tus hermanos? Creo que tienes una hermana también, ¿no?
Abraham: Sí, tengo una hermana y un hermano. Somos 3 en total, y cuando éramos niños mi padre y mi madre nos llevaban a pasear los domingos. No salíamos lejos de la ciudad, pero ellos intentaban llevarnos a algún lugar natural, algún balneario, algún parque, para poder disfrutar del domingo, que era y es el día de descanso para la mayoría de las familias en México. Tengo algunos recuerdos de visitar el parque metropolitano, que es un parque muy grande cerca de aquí. También tengo recuerdos visitando áreas naturales con albercas, albercas naturales, porque a mi papá le gustaba mucho llevarnos al agua, llevarnos a nadar.
Joel: Muy bien, muy bien. ¿Y qué tal, por ejemplo, ir al parque o al cine o a la feria? ¿Te llevaban al parque? ¿Te llevaban al cine? O bueno, debo decir en grupo, porque también a tu hermano y a tu hermana, ¿los llevaban al cine, los llevaban a la feria, los llevaban a ver algún juego de fútbol o de béisbol? O, ¿cómo se dice? ¿Amusement park? Un parque de diversiones, ¿no? Un parque de diversiones con todos los juegos de la montaña rusa, como Six Flags.
Abraham: Cuando éramos niños, no nos llevaban mucho a lugares como cines, parques de diversiones, zoológicos. Visitábamos más parques, balnearios y no tengo recuerdos de que visitáramos el cine. Bueno, tengo uno, recuerdo que desde niños, toda mi familia y yo íbamos a ver las películas de Harry Potter, pero curiosamente es la única película a la que íbamos en familia. Desde la primera, en 2002, me parece, no estoy seguro, pero íbamos a ver exclusivamente Harry Potter cuando éramos niños.
Joel: Muy bien, muy bien. Mi padre emigró a los Estados Unidos cuando yo tenía 6 años. Recuerdo que cuando mi padre todavía estaba en México con nosotros, nos llevaba a la lucha libre. Entonces íbamos a las luchas, suelo decir "las luchas", y pude ver a los luchadores más famosos, como André El Gigante. André the Giant, creo que es en inglés, Andre El Gidante. El Santo, que es nuestro luchador más conocido. Muy bien, Abraham. ¿Tú tenías mascotas? ¿Tenías perros, gatos, peces, aves, serpientes u otros animales?
Abraham: Sí, tenía mascotas. Teníamos perros, y toda mi vida, desde que era niño, he tenido perros. Recuerdo que la primera perrita que tuvimos era una perrita que se llamaba Susana. Era una perrita súper amigable, que ella te decía cuando quería salir y, solamente abrías la puerta, ella salía, jugaba, se divertía, y después de una hora, media hora, cuando ella estaba lista para regresar, solamente rascaba la puerta, abrías la puerta y ella entraba de nuevo. Era una perrita que salía a pasear sola, sin necesidad de que la sacáramos. Después tuvimos otros, y es muy triste porque he visto morir muchos perros durante mi infancia, mi adolescencia, morir de viejos, enfermedades, pero siempre he crecido con mascotas, con perritos en especial.
Joel: Muy bien, muy bien, ¿tú tenías algún juguete con el cual tú jugabas mucho? ¿Tenías un juguete que era tu juguete favorito?
Abraham: Cuando era niño no tenía un juguete favorito exclusivo. Tenía un tipo de juguete que me gustaba mucho. Me gustaba mucho jugar con carritos, tenía muchos carritos. Y también me gustaba mucho jugar con unas pequeñas figuras que se llamaban Olocoons. Estas figuras las podías conseguir comprando pan en la tienda, comprabas un paquete de donas, un paquete de galletas, y dentro del paquete podías encontrar un Olocoons. Y cuando yo era niño, pasaba horas jugando con los carritos y los Olocoons. Yo me inventaba historias, me inventaba películas con estos juguetes. Eran mis juguetes favoritos, los carritos y los Olocoons.
Joel: Bien, muy bien. Yo recuerdo que tenía los muñecos, los juguetes de Star Wars, de la Guerra de las Galaxias. Tenía a Luke Skywalker y tenía a Chewbacca, Han Solo, tenía algunos de esos juguetes; y también los juguetes de (***), que eran, creo que en inglés se llama, la caricatura se llama Masters of the Universe. Y tenía algunos de esos juguetes que eran mis favoritos. Abraham, ¿qué actividades te gustaba mucho hacer de niño, entre, no sé, 8, 10 años? ¿Leías, veías la tele, jugabas algún juego de mesa, jugabas en la calle con amigos? ¿Qué actividades te gustaba hacer, Abraham?
Abraham: Cuando era niño, tenía 8, 9, 10 años, me gustaba mucho salir a la calle con mis amigos. Entre los juegos que me gustaban más era "las traes", que es un juego en el cual una persona va a tocar a otras personas y les va a decir "las traes". Por ejemplo, yo comienzo el juego, yo las traigo, tengo que alcanzar a otra persona, tocarla y decirle "las traes". Y si la trae, él tiene que hacer lo mismo con otra persona. Y si yo toco a esa persona, esa persona no me puede tocar inmediatamente, tiene que tocar a otra persona. A eso le llamábamos "no se vale chicle y pega" porque no se vale tocar a la misma persona. Y teníamos otros juegos muy divertidos, policías y ladrones, las escondidas, y juegos un poco más violentos como limonazos. En la temporada de limones, teníamos varios limoneros en el parque, varios árboles de limones, y caían. Y con eso nosotros jugábamos, hacíamos equipos y se trataba de golpear al otro equipo con los limones.
Joel: Se lanzaban los limones mutuamente, como una guerra de limones.
Abraham: Exactamente, sí.
Joel: Muy bien, muy bien. Yo me acuerdo de este juego de "tú las traes". Yo también jugaba "tú las traes" con los amigos y jugar a las canicas, que son marbles, y jugábamos con los amigos canicas. Muy bien, Abraham, tú sabes que en Latinoamérica somos muy supersticiosos, en México sobre todo nos encantan las historias de fantasmas y cosas sobrenaturales. ¿A ti te gustaba escuchar historias de espanto, historias de miedo? ¿No podías dormir después?
Abraham: Honestamente, cuando era niño, no me gustaba escuchar este tipo de historias. Yo era un niño muy miedoso a la oscuridad, a la soledad, así que prefería no escuchar ese tipo de historias. Y si en mi familia veían una película de miedo, yo me iba directamente a dormir. No tenía necesidad de estar despierto por miedo.
Joel: Abraham, ¿había alguna comida que te gustaba mucho y que tu mamá o tu abuelita te preparaban porque sabían que te gustaba mucho?
Abraham: Sí, cuando era niño, me gustaban mucho los tacos, pero los tacos de la calle. Desde muy niño, desde 2 años, mi mamá y mi papá nos llevaban a los tacos. Y ellos me platican que desde muy niño yo ya me sentaba en la mesa de los tacos y agarraba el taco con mi mano y comía. Comía yo solo, podía comerme hasta un taco y medio, que era mucho para un niño de 2, 3 años. Y siempre que salíamos a los tacos, yo me ponía muy feliz. Para mí, salir a los tacos cuando era niño era sinónimo de felicidad. Me encantaban los tacos, en especial los de tripa, que son tacos del intestino del puerco, la tripita doradita. Cuando era niño era lo mejor para mí.
Joel: Sí, claro, recuerdo los tacos de tripa, los tacos de lengua, los tacos al pastor, que también me encantaba comer de niño. Muy bien, para ti Abraham, ¿cómo era un día típico, un día normal en tu infancia? ¿A qué hora te levantabas? ¿A qué hora desayunabas? ¿A qué hora te dormías? ¿Qué hacías en un día normal entre semana, Abraham?
Abraham: Cuando era niño, mis días eran muy rutinarios, eran muy estructurados. Mi mamá me levantaba a las 7 de la mañana para llegar a las 8 a la escuela o a las 6 para llegar a las 7 a la secundaria. Después salía a las 12:45 o a la 1:20, regresaba a la casa y comía. Normalmente, comíamos viendo la televisión y veíamos los mismos programas siempre a la misma hora. Después, como a las 4 de la tarde, mi mamá nos llevaba a hacer alguna actividad. Por lo general, era una actividad física, aunque hicimos muchas actividades: tomamos clases de piano, clases de teatro, natación, fútbol, tenis. Mi mamá siempre nos llevaba a hacer alguna actividad durante la semana, de lunes a viernes. Durante esta actividad tardábamos 2 horas, 2 hora y media; y después regresábamos a casa alrededor de las 7, 8 para cenar, bañarnos e irnos a la cama, e irnos a dormir alrededor de las 10, más tardar 10:30. Y ese era nuestro día. Era un día muy similar todos los días. Todos los días hacíamos lo mismo.
Joel: Abraham, ¿había alguna cosa de tu infancia que no te gustaba hacer pero que tenías que hacer?
Abraham: Sí, cuando era niño no me gustaba que mi mamá me mandara a la tienda. Mi mamá siempre me mandaba a mí o a mi hermano a la tienda para comprar huevo, birote, lo que necesitáramos para comer o desayunar. Y a mí no me gustaba ir porque una vez fui a la tienda y me dieron mal el cambio. Recuerdo que pagué con un billete de 100 y el vendedor me dio mal el cambio. Yo no conté el dinero porque nunca contaba el dinero. Y cuando llegué a casa, mi mamá me regañó. Después de esa vez no quería ir a la tienda porque quería evitar que el vendedor me diera mal el cambio y mi mamá me regañara de nuevo. Por eso esa era la actividad que no me gustaba hacer cuando era niño, ir a la tienda.
Joel: Muy bien, muy bien. Y una buena palabra es "el cambio". Qué significa que es el dinero que tú recibes que no utilizaste para comprar algo. Si un objeto cuesta 15 pesos, 15 dólares, y pagamos con un billete de 20, recibimos 5 de cambio. Ese es el cambio que recibimos. Y también el cambio generalmente incluye monedas o billetes, en dinero efectivo. Bien, Abraham, llegamos a la última pregunta de la conversación. Muchas gracias por todo lo que compartiste. Fue muy interesante escucharte y aprender un poco también sobre tu infancia. Y para terminar, ¿hay algo más sobre tu infancia que recuerdas con mucho cariño, con mucho anhelo, y que te gustaría compartir con nosotros?
Abraham: Sí, me gustaría compartirles mis amistades de la infancia. Cuando yo era niño, tenía amigos que vivían en la misma calle donde yo vivo, y a la fecha seguimos siendo amigos. Tenemos muchos recuerdos juntos de cuando éramos niños. Recuerdos buenos jugando las traes, las escondidas; recuerdos malos con lesiones, como con las limonazos, esos sí. Y creo que es la parte más bonita de mi infancia, las relaciones que hice cuando era niño y que actualmente conservo.
Joel: Estoy de acuerdo contigo. Todo eso es lo mejor de la vida, tener los buenos amigos de la infancia. Y muchas gracias, Abraham, por compartir algunas cosas sobre tu infancia. Para ustedes, queridos escuchas, si quieren conocer a Abraham, si les gustaría tomar una lección de español con Abraham, en las notas del episodio pueden encontrar el vínculo hacia su perfil en Italki, y ahí pueden conocer a Abraham si quieren aprender español con él. Abraham colabora también aquí con el podcast, y para nosotros es un gran placer tener su voz y perspectiva también en las conversaciones que Abraham graba para el podcast. Abraham, muchas gracias, espero podamos hablar en un futuro no muy lejano y, pues, también te escucho aquí en un episodio que tú grabes en el futuro.
Abraham: Muchas gracias, Joel. Gracias por la conversación. Estoy siempre feliz de poder participar y compartir a ustedes, audio escucha, mis experiencias. Muchas gracias y nos vemos pronto. ¡Hasta luego!
Joel: Muchas gracias, Abraham. Nos vemos pronto que estés bien.