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Ep 19: El asaltante
Miguel es un hombre muy trabajador, honesto y humilde. Trabaja mucho para poder mantener a su familia. Él tiene una familia numerosa. Tiene una familia grande. Él y su esposa, Alicia, tienen ocho hijos. Ellos se conocieron en un pequeño pueblo cuando eran adolescentes y se fueron del pueblo cuando tenían veintiún años para formar su propia familia. Miguel trabajó mucho para comprar un terreno y construir su propia casa. Él mismo construyó su propia casa poco a poco. El terreno era un terreno grande y con el paso de los años seguía expandiendo la casa para su familia.
Miguel y su esposa son pobres. Tienen solamente el dinero suficiente para poder sobrevivir. Miguel tiene dos trabajos y trabaja muchas horas durante el día para poder mantener a su familia. Su esposa se encarga de cuidar a sus hijos y se encarga de administrar el dinero para comprar la comida y cubrir los gastos de la familia. Ellos viven al día. No hay dinero extra para ahorrar, para viajar o para darse algún lujo de vez en cuando. Sin embargo, ellos se sienten felices y ven la vida con optimismo.
Un día, Miguel regresó del trabajo triste y desanimado. Él había perdido uno de sus trabajos. Era una época de crisis en el país y muchas personas perdieron sus trabajos y la situación económica era muy difícil. Miguel sabía que sería difícil encontrar un nuevo trabajo y no sabía que haría ahora para mantener a su familia. En camino hacia su casa, pensó mucho en qué iba a hacer y cómo iba a conseguir dinero para mantener a su familia. Pensaba en una solución para llevar comida a la mesa.
Cuando Miguel llegó a casa, decidió no decirle a su esposa que había perdido uno de sus trabajos. No quería preocupar a su esposa. Ella ya tenía suficientes preocupaciones y él no quería preocuparla aún más. Alicia lo recibió con un beso y le preparó su cena como de costumbre.
¿Cómo te fue en el trabajo? –le pregunta Alicia
Bien. Nada nuevo –le contesta Miguel.
Miguel comienza a comer su cena y trata de ocultar su preocupación. Alicia se sienta a lado de él para hacerle compañía mientras come.
Después de cenar, voy a ir a hacer un trabajo que conseguí con un amigo. Voy a regresar en la madrugada –le dice Miguel.
Alicia no cuestiona a Miguel. Ella confía plenamente en él. Han estado juntos por más de 20 años y siempre ha cuidado y protegido a su familia. Alicia no tiene la menor idea de que Miguel perdió uno de sus trabajos. No sospecha nada. Por otra parte, Alicia sabe que de vez en cuando Miguel consigue algún trabajo extra y ese dinero es siempre muy útil para la familia.
Después de cenar, Miguel se va al cuarto para cambiarse de ropa. Le pide a Alicia que le prepare 2 sándwiches para llevarlos con él y se va al cuarto para cambiarse de ropa. Cuando Miguel está listo para irse, Alicia le da los sándwiches y se despide de él.
Miguel camina nerviosamente y va en dirección a la zona rosa de la ciudad que está no muy lejos de su vecindario. Las zonas rosas son las áreas de la ciudad en donde vive la gente de clase adinerada, la gente que tiene dinero y que vive bien. Cuando Miguel llega a la zona rosa, busca el lugar más oscuro cerca de un parque pequeño que está ahí. Se esconde entre los arbustos y los árboles del parque. Observa el caminito que pasa por el parque y espera ahí pacientemente.
Hace un poco de frío y Miguel lleva puesto un abrigo negro que le ayuda a ocultarse en la oscuridad de la noche. Debajo de su abrigo, lleva su pistola. Es una pistola que compró hace muchos años y que guarda en su casa para proteger a su familia. Nunca ha tenido que usarla y es la primera vez que la lleva con él fuera de su casa.
Treinta minutos más tarde, Miguel comienza a ver a un hombre que camina hacia él. Está caminando en el caminito del parque y se aproxima poco a poco al sitio en donde Miguel está escondido. Miguel lo observa cuidadosamente y espera a que aquel hombre esté más cerca de él para pedirle su dinero.
Miguel siente mucho remordimiento. Miguel no quiere asaltar a nadie. No es un ladrón, no es un ratero, no es un asaltante, no es un criminal que roba a otra gente. No es nada de eso. Miguel está desesperado. Está preocupado por su familia y sus hijos. Él piensa en robarle el dinero y la cartera a aquel hombre y después devolvérselos.
–Si le robo la cartera, voy a tener su identificación y su dirección y cuando consiga otro trabajo, lo voy a buscar para devolverle su dinero y su cartera –piensa Miguel.
El hombre camina lentamente y cada vez se aproxima más a Miguel. Hace mucho frío y el hombre cruza los brazos para calentarlos con su cuerpo y con su abrigo. Mientras camina, mira hacia los lados del camino. Él hombre parece buscar algo. Tal vez perdió alguna cosa y la está buscando. Cerca de donde está Miguel, hay un bote de basura que la ciudad pone en los parques para que las personas que visitan el parque puedan tirar su basura ahí. Él hombre va hacia el bote de basura, quita la tapa y empieza a buscar algo en la basura. Miguel lo observa y se pregunta qué está buscando aquel hombre.
Miguel ve que el hombre saca algo de la basura. Es una bolsa de papel. El hombre saca de la bolsa de papel un pedazo de hamburguesa que alguien no terminó de comer. Limpia el pedazo de hamburguesa con la mano y se la come sin dudarlo. Después, saca de la bolsa unas cuantas papas a la francesa y se las come también. Cuando termina de comer, continúa buscando algo más en el bote de la basura. Sin duda, sigue buscando más comida que pueda estar ahí abandonada.
Miguel siente un nudo en la garganta y un dolor de estomago al ver al pobre hombre comer desperdicios de la basura. Nunca en su vida Miguel ha comido desperdicios de la basura. Ha sido pobre toda su vida, pero siempre ha tenido comida en la mesa. Algunas veces, solamente tenían arroz, frijoles y tortillas para comer, pero siempre pudo comer algo rico que Alicia preparaba para la familia. Nunca ha pasado un día con hambre y con el estomago vacío. Miguel sale del lugar oscuro en el que estaba y se acerca al pobre hombre que continúa buscando más comida en el bote de la basura. Es un hombre de entre 55 a 65 años de edad. Seguramente es un indigente. Es un hombre sin un hogar que vive en las calles de la ciudad. Cuando el hombre ve a Miguel, comienza a temblar de miedo y levanta las manos para mostrarse indefenso.
–No me haga nada señor. Ya me voy a ir –le dice el hombre.
Miguel saca de su abrigo los dos sándwiches que Alicia le preparó y se los da a aquel pobre hombre.
–Tenga amigo. Cómase estos dos sándwiches. Espero que sean suficientes por hoy –le dice Miguel.
–Gracias señor. Que Dios se lo pague y que Dios lo bendiga –le contesta el hombre.
Miguel regresa a su casa y cuando llega a su casa, Alicia le abre la puerta y le pregunta si quiere beber o comer algo. Miguel le dice a Alicia que se sienten en la mesa porque quiere hablar con ella. Él finalmente le dice que perdió uno de sus trabajos y le cuenta lo que pensaba hacer y lo que pasó en el parque. Alicia lo abraza, le dice que no se mueva de la mesa y se va rápidamente a su cuarto matrimonial. Ella regresa en solo un par de minutos con una cajita de metal vieja. Alicia abre la cajita y dentro de la cajita hay dinero.
–Mira Miguel. Estos son nuestros ahorros. Cada semana guardo un poco de dinero en esta cajita para cualquier emergencia. Aquí hay suficiente dinero para un mes mientras buscas otro trabajo. Tenemos suficiente dinero para sobrevivir hasta que tengas otro trabajo –le asegura Alicia.
Miguel la observa y sonríe. No sabía que Alicia tenía dinero ahorrado. Alicia siempre ha sido cautelosa y una buena administradora. Miguel se siente muy afortunado de tener Alicia a su lado. Él se levanta de su silla y le da un abrazo y un beso a Alicia.
En tan solo un par de semanas, Miguel encuentra un nuevo trabajo. Ahora tiene que trabajar más horas que antes, pero se siente satisfecho de tener trabajo, se siente agradecido de tener un hogar y se siente muy afortunado de tener a su familia. No está solo como aquel pobre hombre a quien intentó robar esa noche. Siempre hay alguien que tiene menos oportunidades y Miguel se siente afortunado de las oportunidades que él tiene para abrirse camino por la vida y proveer lo necesario para su familia y para abrirse una nueva oportunidad ante la adversidad.
By Joel Zárate
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Story written by Joel Zárate
Read by Milton Ralph & Alba Sánchez.
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